Desde Marco Polo hay una constante en Occidente: la fascinación por Oriente, ya sea real o inventado, y especialmente de Japón.
Desde Marco Polo hay una constante en Occidente: la fascinación por Oriente, ya sea real o inventado, y especialmente de Japón.
Hace más de 5.500 años, en las marismas del delta de los ríos Tigris y Éufrates (en el sur de Iraq) los pueblos mesopotámicos que hablaban sumerio y acadio crearon las primeras ciudades. La exposición ‘Antes del Diluvio’ recoge piezas y recreaciones de cómo era aquella civilización mesopotámica que marcó a fuego la Historia.