Ayer se cumplían tresce años desde que los astrónomos dieran con el que, por ahora, está catalogado como el décimo cuerpo más grande del Sistema Solar (hasta que encuentren el escurridizo y oscuro Planet X que supuestamente deambula en los cofines del sistema, casi invisible). Eris cumple diez años en la cultura astronómica y en los catálogos humanos de su propio vecindario, todavía casi desconocido.