Channa Horwitz (Los Ángeles, EEUU, 1932 – 2013) produjo desde comienzos de los años sesenta un corpus de trabajo de marcada independencia que se expresaba en ciclos de obras y notaciones, en su mayoría en forma de dibujos que seguían las mismas reglas básicas y que describían la realidad a través de la abstracción. Horwitz se propuso crear “un mundo aparte de ritmo visual” que fuera igualmente válido en todas las formas de arte. Su interés principal era abordar el espacio y el tiempo como una unidad indivisible, un tema que parece cada vez más actual dada la creciente relevancia de lo virtual.