El verbo “terraformar” se conjuga con la mente puesta en mundos imposibles, con la imaginación a flor de piel y la ciencia llevada a sus límites. Sobre el papel es una opción científica y tecnológica consistente en cambiar las condiciones atmosféricas, biológicas, químicas e incluso magnéticas de un planeta que no es habitable pero que con los cambios necesarios podría serlo.