La sonda Perseverance “amartizó” (para ser escrupulosos lingüísticamente) ayer jueves casi a la perfección, con los técnicos de la NASA jaleándose entre sí una vez llegó la señal (con 11 minutos de retraso por la distancia a Marte) de que estaba sobre la superficie ocre y helada del hermano pequeño de la Tierra, y activando sus sistemas.