La industria dedica una parte importante de sus recursos en la explotación póstuma de iconos fallecidos, como el caso de Leonard Cohen, pero también en otras formas de explotación, como que una banda legendaria de los 60 y 70 como The Who saque un disco “nuevo” en 2019, trece años después, o que Pink Floyd reedite y venda toda su discografía con la promesa de que será la “definitiva”. Preparen la cartera.