Hace poco se cumplía medio siglo de la Teoría del Big-Bang, pero las pruebas que lo demostraban (el llamado “eco primigenio”) de manera fidedigna quedan en entredicho por la misión Planck.
Hace poco se cumplía medio siglo de la Teoría del Big-Bang, pero las pruebas que lo demostraban (el llamado “eco primigenio”) de manera fidedigna quedan en entredicho por la misión Planck.
Esto es como un obituario, pero no de un ser humano sino de uno de los productos de la mente humana: el pasado miércoles el satélite Planck europeo empezó el proceso de apagado y muerte.