En estos dos meses van a coincidir en España tres estrenos que demuestran que para la industria no hay tabúes que valgan, salvo los que la estrechez moral imponga. Una nueva versión de Robin Hood (que se estrena hoy), la (probablemente innecesaria) secuela de Mary Poppins y una comedia sobre Sherlock Holmes que (casi seguro) no va a gustar ni un pelo a los seguidores del personaje.