Los premios de la industria musical en EEUU no cambian demasiado de un año al siguiente. Casi siempre son los mismos los que ganan: si no es Taylor Swift es Beyoncé, y también es cíclico ver a Bruno Mars subir a por un premio.
Los premios de la industria musical en EEUU no cambian demasiado de un año al siguiente. Casi siempre son los mismos los que ganan: si no es Taylor Swift es Beyoncé, y también es cíclico ver a Bruno Mars subir a por un premio.
Apple sigue expandiéndose como una marea: después de ordenadores, móviles y reproductores de música y vídeo llegó la TV y ahora también la radio y la música en streaming. Nace Beats 1, que ayudará a cambiar el presente y futuro de la industria musical.
Año de milagro, sin duda: por primera vez en más de una década las discográficas registraron subidas, sólo un 0,3%, cierto, pero es la ruptura de una tendencia que ha dejado en la UVI al mundo del soporte físico.
En un presente en el que vender discos ya no es una buena salida todavía hay músicos capaces de registrar cifras de siete dígitos en las ventas; en la era de iTunes y la distribución on-line, Adele se convirtió en la reina de las tiendas.