Pobre de aquel que le haga sombra esta semana al remake de Mad Max; sólo el cine francés y alguien más le intentarán hacer sombra. La maquinaria se pone en marcha y quema rueda, gasolina y saca a relucir aquel mundo distópico de coches imposibles y un régimen primitivo proyectado en un futuro deshumanizado.