El pasado 5 de junio salía a la venta ‘Tal cual’, de David Ramírez, apuntillada como ‘La falta absoluta de pudor elevada a la categoría de arte’, 128 páginas en bitono y formato cartoné que equipara la vida humana con el tratamiento de un cerdo camino de la carnicería.
“Del gorrino se aprovecha todo, hasta los andares”. Así arranca la presentación de Norma Editorial sobre esta obra de Ramírez, empeñado en exprimir cada faceta de su vida para inspirarse en una vivisección a sí mismo cargada de toda la mala leche que suele tener una persona contra sí misma, pero también del humor del superviviente. ‘Tal cual’ sobrevuela manías, trabajo, pareja, aficiones, defectos… El historietista catalán empezó a subir unas tiras cómicas en su Facebook, de carácter intimista, que no tenían otro objetivo que hablar con humor de su día a día y junto a sus amigos en redes sociales.
Poco se imaginaba el éxito que causaría este divertimiento tan inocente y desvergonzado en gente ajena a su círculo, llamando la atención de editoriales como Norma Editorial, que recopila íntegramente en este volumen todas las historietas. Y eso que Ramírez nunca creyó que su micromundo pudiera dar de sí más allá de su círculo: como él mismo mencionaba, cómo podría llegar a tanta gente “un dibujante de cómics de cuarenta-y-pico años gay y adicto al azúcar”. Y sin embargo lo hizo, y a lo grande.
El resultado es una pieza más de ese subgénero costumbrista posmoderno consistente en mirarse al espejo y señalar con el dedo para explotar la desgracia propia y el mundo. Ironía de carnicero, o mejor dicho, de forense, en la que hay desde cierto grado de autocompasión a la ternura de lo positivo que nos vemos. La editorial apunta al refrán: “Cuarenta sabores tiene el cerdo y todos son buenos”. Llega con retraso: el Covid-19 pospuso una y otra vez su publicación desde abril hasta este mes de junio en el que hemos podido levantar un poco la cabeza.
‘Tal cual’ es es una recopilación de hilarantes historietas de una página en las que veremos reflejado no solo el día a día del autor, si no también la cotidianidad de cada uno de nosotros. Ese miedo irracional a que las llaves se nos caigan por el hueco del ascensor, los propósitos de año nuevo que fracasan estrepitosamente el primer día… Con un trazo heredero de Tezuka y de la línea clara española, Ramírez utiliza su humor más característico y personal para guiñarnos el ojo a través de 128 páginas cargadas de carcajadas.
David Ramírez se dio a conocer al ganar el primer premio novel del I Salón del Manga en 1995, lo que le permitió realizar la serie ‘B3’ gracias a Camaleón Ediciones, que quedó finalmente inacabada pero que evidenció su circunscripción al género humorístico que el valió el favor del público. Esto hizo que pronto recibiese otros encargos de páginas humorísticas para diversas revistas sobre manga, como por ejemplo su colaboración en‘¡Dibus!’, donde tuvo que suavizar su estilo que rayaba el surrealismo para dirigirse a un público infantil para firmar ‘Minimonsters’ y ‘Dinokid’.
A través de esta obra con un humor brutal e hilarante, Ramírez se ganó el favor del público y siguió en el mercado con míticas series como ‘Dragon Fall’. Deudor del trazo de Tezuka y de la línea clara española, con un humor característico de la Escuela de Bruguera, Ramírez evolucionó en su estilo derivando a un trazo más sencillo con una impronta personal característica. En su haber cuenta con obras tan diversas como multitud de tiras cómicas, un webcomic en Instagram y el exitoso ‘Japonés para gente manga’.