Si es azul es que hay oxígeno e hidrógeno. Y ambos pueden combinarse para crear agua y permitir la vida. Es la lógica del martillo acuático que ha regido a parte de la astronomía durante mucho tiempo, pero no es tan evidente, ni tan sencillo. El depósito de hielo descubierto en Marte y el infernal exoplaneta HD 189733 b son dos buenos ejemplos.
Imagen de portada: Utopia Planitia (Marte)
La Universidad de Texas ha dedicado esfuerzos, tiempo y muchos datos para poder determinar que en Marte hay un depósito de hielo con suficiente agua como para rellenar el Lago Superior, entre EEUU y Canadá. Este depósito se encuentra en una depresión de la superficie marciana en la Utopia Planitia y su volumen ha sido calculado con datos de la MRO (Mars Reconnoissance Orbiter) de la NASA, que gracias a su instrumento SHARAD (un radar de superficie que puede penetrar en las capas finas del suelo marciano). Hay que recordar que hablamos de más de 12.000 km cúbicos de volumen de agua repartidos en una región que supera los 300.000 km2 de superficie, y con un espesor de entre 90 y 180 metros.
Es decir, que bajo la superficie hay un depósito expandido de poca profundidad de hielo compactado, protegido por una capa que en su zona más fina apenas tiene un metro de espesor. Un astronauta podría picar el suelo y dar con él sin problema. La idea del equipo de investigadores es que ese hielo pudo estar en un estado mixto parecido al de la nieve en tiempos primitivos de Marte, cuando el eje del planeta estaba más inclinado que hoy, y que luego, cuando cambiaron las circunstancias ambientales, pudo haberse filtrado lentamente, congelado o bien ser cubierto con capas de materiales movidos por tormentas u otros fenómenos.
La MRO, que necesitó más de 600 pasadas sobre ese punto para terminar los cálculos, detectó que casi el 85% del mismo es agua, mezclado con polvo y rocas, arrastradas o bien engullidas en la filtración de esa agua primigenia. Curiosamente este depósito está en la zona templada de Marte, entre el Ecuador y uno de los polos, donde la temperatura es extremadamente fría, en latitudes entre 39 y 49 grados. Y aunque parezca una enorme cantidad de agua, apenas es el 1% del total conocido en Marte. Su récord se refiere a que es la capa sepultada más grande de estas planicies del hemisferio norte.
Representación artística de HD 189733 b
Y de Marte viajamos a un lugar mucho más lejano. Bastante más: a 63 años luz de distancia de nosotros, un abismo insondable para el ser humano y para casi cualquier forma de transporte imaginable. Allí está HD 189733 b, un planeta azul como la Tierra, brillante en sus tonalidades de color, con ese característico azul oxigenado que parece prometer la vida. Pero no es agua o gases propicios lo que le dan ese color: en realidad es la acumulación de silicatos en capas altas atmosféricas, casi inmóviles, y que convierten HD 189733 b en un infierno color cobalto con huracanes continuos de cientos de km por hora barriendo todo con nubes de cristales que trituran cualquier formación inferior de la superficie o de la propia atmósfera.
El viento es tan rápido que multiplica por siete la velocidad del sonido. Es tan fuerte el efecto de velocidad del viento y de la composición de la atmósfera que es físicamente imposible que haya vida como la conocemos: los cristales de silicatos viajarían de forma horizontal en rachas huracanadas que descarnarían cualquier construcción o forma de vida mayor que un microbio. Además sus condiciones planetarias son también muy problemáticas: sus años duran apenas 2,2 días terrestres, y es gigantesco, del tamaño de Júpiter, por lo que muy probablemente su gravedad sea muy superior a la nuestra. Para rematar se encuentra en estado de “bloque de marea”, es decir, que por su rotación y traslación ofrece siempre la misma cara hacia su estrella, por lo que es muy probable que las oscilaciones térmicas sean de cientos de grados: una cara quemada y sometida a una radiación intensa, el otro congelado, oscurecido y muerto.
Arriba: imagen de la zona de Utopia Planitia que ocultaría el depósito de hielo. Abajo: mapa topográfico de Marte, donde se observa la depresión de Utopia Planitia e Isidis Planitia.