¿Recuerdan a Placebo? Seguro que sí, o pusieron la oreja en los 90 o todavía tienen buen gusto; para esta semana hay un gran regalo: varios conciertos en España. 

La banda británica estará en tres ciudades: Madrid (jueves 31 de julio, Palacio de los Deportes), Girona (1 de agosto, Festival de Cap Roig) y Castellón (2 de agosto, como parte del cartel de Arenal Sound). Pero habrá más madera en adelante: en septiembre estarán en el Hard Rock Hotel de Ibiza el 12 de septiembre, y a finales de octubre pasarán por el BIME Live. La gran gira corresponde a una celebración, la de haber estado 20 años en el negocio sin detenerse, con siete discos encima y millones de discos vendidos. El último trabajo es ‘Loud like love’, de 2013.

Este último disco, que va a cumplir un año este septiembre, fue la renovación de la banda después de casi cuatro años de silencio desde el ‘Battle for the sun’ de 2009. Parte de este álbum será recuperado para la gira española de la banda marcada por la personalidad de Brian Molko, cantante y líder de una formación que jugó al despiste durante años por la adroginia real y exagerada del propio Molko desde sus inicios en 1994. Todo lo que rodeó a la banda llevaba la etiqueta de alternativo, desde el rock que practicaban hasta su devenir.

Nacida y crecida en Londres al claro de Molko y Stefan Olsdal, la banda no cambiaría piezas hasta 2007 (se fue el batería Steve Hewitt y llegó Steve Forrest), más de once años después de uno de los debut más sonados de los 90 con un álbum homónimo que superó el millón de discos vendidos sólo en Reino Unido y la barrera de los ocho millones en todo el mundo. En esa primera etapa, hasta 1998, Molko, Olsdal y Hewitt (llegado después de la marcha de Robert Schultzberg) todo giró en torno al debut del 96, colocando sus single en películas y en las listas de radio. Fue un comienzo que prepararía la carrera posterior.

En el apogeo de los 90 (en portada en la actualidad)

 

En 1998  aparecía ‘Without you I’m nothing’, del que saldría la que es quizás la canción más recordada de la banda a nivel internacional, ‘Every me, every you’, que formó parte de una banda sonora menor como ‘Crueles intenciones’ pero que fue un bombazo para ellos, igual que su otra colaboración en la BSO de ‘Velvet Goldmine’. En esos años acumulan influencias y el sonido final es muy ecléctico, tanto como para cubrir muchos tipos de público y poder contar con la industria para los siguientes trabajos a partir de ese año. Sin embargo Molko era un auténtico perro verde en el negocio por su apariencia y personalidad, que cargaba de fuerza la estética lenta y decadente que recordaba a una versión mucho más suave de The Cure. Por poner paralelismos visuales en algunos puntos.

En el año 2000 esto cambió. Molko dio un golpe de timón y de la música melancólica pasaron a algo más enérgico y fuerte con ‘Black market music’, donde el ritmo acelerado se mezcló con nuevas letras cada vez más complejas y poéticas que alimentaron mucho más todo el morbo que se montó alrededor de Molko. En 2003 publicaron ‘Sleeping with ghosts’, donde otra vez giró el timón: ahora hacia la electrónica. Luego llegarían ‘Once more wiht feeling: Sigles 1996-2004’, y ‘Meds’ en 2006. Y finalmente ‘Battle of the sun’ en 2009.