‘Una habitación oscura’ está formada por una serie de aguafuertes que nacen de ‘La sed’, el último proyecto editorial de Paula Bonet. El espacio en penumbra al que hace referencia la pieza surge de la contemplación del óleo de ‘La Oración en el Huerto’ de Tiziano, que parece trabajado sólo en una pequeña superficie en la parte superior.
Según la propia Bonet en el texto de referencia de la exposición, inaugurada el pasado 4 de diciembre, “la luz baña una figura arrodillada que se dirige al cielo mientras el resto de la escena está invadida por la oscuridad. Observando la pintura y analizando los matices de la zona en sombra me doy cuenta de que ese es el lugar en el que he vivido siempre, y que antes de intentar salir a la luz necesito entender qué sucede en esas construcciones que las mujeres hemos levantado en las tinieblas”.
La reflexión formal sirve a Bonet para colocar a las mujeres en la contradictoria realidad de ser la mitad de la población mundial pero seguir siempre un escalón político, social, económico, cultural y religioso por debajo. Una posición de inferioridad que se hace sentir incluso en lo más profundo psicológicamente, porque las mujeres se sienten timadas ante “la promesa de igualdad que se nos prometió no aparece por ningún sitio, seguimos siendo unas histéricas. Se nos ha educado para que nuestra autoestima dependa directamente de aquello que los hombres piensan de nosotras”.
Como indica Bonet, estas obras son un reflejo de esa reducción: “Somos el objeto y no el sujeto. Somos sospechosas de cada uno de nuestros actos: se sospechará de nosotras cuando triunfemos en algún campo (“Seguro que detrás está el Señor Tal”) o si conseguimos construir algo de calidad (“Seguro que detrás está la idea del Señor Cual”), se sospechará de nosotras cuando denunciemos una agresión sexual porque la cultura de la violación está tan arraigada que se ha invisibilizado y convivimos con ella en esas tinieblas que nos son tan familiares”.
Paula Bonet, nacida en Vila-Real (Castellón) en 1980, dibuja compulsivamente con bolígrafo, tinta china mezclada con pintura acrílica, acuarelas, lápices de colores y rotuladores; la música, la literatura y las artes escénicas son su fuente de inspiración. Procede de esa prodigiosa fábrica de talentos que es la Universidad Politécnica de Valencia. Realizó ampliación de estudios en Chile, Nueva York e Italia, estancias enriquecedoras que le sirvieron para abrir la mente a nuevas experiencias artísticas. Hasta el año 2009 se dedicó al óleo, y después pasó a la ilustración por pura casualidad, aunque en este ámbito ha encontrado sus verdaderas señas de identidad. Entre sus libros publicados, destacan ‘Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End’ (Lunwerg, 2014), el homenaje a François Truffaut ‘813’ (La Galera, 2015) y, el pasado 2016, ‘La sed’, un libro cruel sobre la desorientación sentimental y emocional.