De entre todos los estrenos de la semana destaca uno en especial por lo que representa, la eclosión en el cine de otra estrella de la comedia norteamericana, Amy Schumer, que es mucho más que una monologuista, y “su” película (escribe e interpreta) es la demostración de que es una cantera sin fin y que ella es un meteorito sin miedo a arremeter de cabeza.

En España somos adictos a la comedia ajena porque la nacional nos hace reír pero no nos termina de satisfacer porque no tiene trasfondo. Por supuesto hay muchas notables excepciones, como ‘Ocho apellidos vascos’, donde junto al humor tradicional ibérico palpita otro humor más inteligente heredado del programa ‘Vaya Semanita’ y que tendrá repetición en breve con ‘Ocho apellidos catalanes’. La cuestión de fondo es que el humor inteligente siempre ha sido un campo donde los anglosajones han jugado con ventaja, especialmente británicos y norteamericanos, que tienen todavía más vetas en las que picar en busca de oro. Allí el humor anglosajón tradicional se fundió con el humor judío y el de los afroamericanos, también muy particular, y con el innato talento para el showbusiness de esa sociedad.

El resultado fue la stad-up comedy: barata, entretenida y una trinchera perfecta donde se han curtido cientos de comediantes que luego han triunfado en televisión, cine o teatro. No importa cuál: diga usted un cómico forjado en EEUU que le guste y seguro que viene de la stand-up comedy o de Saturday Night Live, el programa más veterano de la TV (40 temporadas). Todos han pasado por ese campo de entrenamiento consistente en subir a un escenario frente a un público sádico y cruel, y con ayuda de un micrófono y el ingenio ganárselo a golpe de carcajada. Y como cualquier persona con algo de inteligencia y visión sabe, hacer reír es más complicado que hacer llorar. La lágrima es fácil porque se basa en sentimientos, la risa es un proceso intelectual. Y si no vales, no vales. Punto.

Amy Schumer y Bill Hader

Amy Schumer es una de esas veteranas que llevan toda la vida subidas en un escenario. Pero además tiene dos hándicap propios: es mujer y no precisamente una mujer despampanante según las reglas de belleza occidentales. Rubia, de mofletes generosos, curvilínea (curvy, como dicen en EEUU como eufemismo para esa mujer que no está gorda pero tampoco delgada), judía y con propensión al onanismo psicológico que tanto daño puede hacer en una persona normal y tanto beneficio trae a los cómicos y autores. Pero Schumer supo ganarse su sitio personal: sabe que las curvy tienen su público, y a todo eso sumó el desparpajo de quien no tiene pelos en la lengua y una personalidad en modo de combate. Si ya es difícil ser mujer en esta sociedad imagínense a una versión deslenguada, feminista y retorcida de Eddie Murphy cuando era el mejor monologuista del mundo en los 80. En realidad se parecen mucho: él era negro en un país de blancos sin conciencia del racismo diario (todavía), tampoco era el tipo más atractivo. Pero supo ganarse su hueco con ingenio y sin censuras.

El resultado de Schumer es una Juana de Arco desternillante que por fin tiene su éxito en el cine con ‘Y de repente, tú’. La mayoría del público pensará que es una comedia romántica más, pero no es así. En EEUU fue líder de taquilla poco tiempo pero suficiente para hacer productiva y especial este estreno de una historia donde ella ejerce de guionista y principal protagonista junto con otro de los dragones hilarantes salidos de Saturday Night Live, Bill Hader, capaz de ponerse serio (relativamente) y darle la réplica a un chiste con patas como Schumer, que se mofa de todo el universo femenino y masculino, de la monogamia, el matrimonio, del propio género y de la vida en general con cada escena. Obsesiones personales al margen, la historia se basa en sus propias experiencias y desarrolla un argumento que no por manido es menos efectivo: chico conoce chica, la chica está como una regadera y hace una épica reivindicación de la libertad sexual femenina a diario, la chica además tiene cierto problemilla con el alcohol, sus amigas y su jefa son peores todavía, chico asume la locura y todo termina como la vida misma.

LeBron James y Hader en una de las escenas de la película

Además tiene varios descubrimientos: LeBron James, uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo y de las últimas décadas, haciendo de secundario-amigo del chico. Tremendo. Además aparecen John Cena, que en España es poco conocido pero que en EEUU es una de las estrellas del wrestling donde también hace un ejercicio de sátira de los músculos más que encomiable. Y Tilda Swinton, que todos imaginamos como un ser andrógino pero que en la película es un camaleón disfrazado de rubia de melena lisa y aspecto de pija de manual que confunde tanto como para preguntarse “¿esa no es…? oh, es ella”. La secundaria-amiga de la protagonista es otra hija del Saturday Night Live, Vanessa Bayer, una de las fijas del elenco del programa desde la década pasada. Todo bien empaquetado y firmado por Judd Apatow, uno de los mejores directores de comedia responsable de sacar a la luz a Jonah Hill, a la propia Schumer (era una de sus secundarias preferidas), a Seth Rogen o Paul Rudd. Buen director para una buena película que demuestra que aunque las moralinas de la edad afloren de vez en cuando, el humor anglosajón sigue teniendo un punto intelectual del que carece el español.

Schumer tiene su propia series de TV en EEUU (‘Inside Amy Schumer’), ahora ya por fin triunfa en el cine y más muescas en la culata de los clubes de comedia de Nueva York que películas Woody Allen en su currilucum vitae. Está fogueada como nadie. Hace poco publicó en una revista una fingida sesión de fotografía erótica con los dos robots clásicos de Star Wars (R2D2 y C3PO) y consiguió enfurecer a Disney, Lucasfilm, George Lucas (que tiene el humor y la flexibilidad de un ladrillo) y a las familias bien pensantes que no querían ver a uno de sus mitos de infancia con aquella rubia de lejano aspecto vikingo metidos en la cama fingiendo… lo que la imaginación del lector quiera ver. Resultado: impacto mediático, bromas, virales en redes sociales y una campaña de promoción del filme que ya quisieran muchos. Es un ariete feminista en una industria del espectáculo donde las mujeres trabajan menos, cobran menos, son cosificadas como muebles y son tratadas mucho peor en los medios. Así que el título de la película español abarca también muchas más cosas: y de repente, Amy Schumer, tan necesaria como habitual porque cada poco los clubes de Nueva York y Los Ángeles dan al mundo estos animales criados frente a un micrófono.

 

Sinopsis. Desde pequeña, Amy ha oído al sinvergüenza de su papá decir que la monogamia no es un estado realista. La periodista, que escribe para una revista, vive de acuerdo con las creencias de papá, disfrutando lo que le parece ser una vida sin ataduras, libre de aburridas promesas románticas. Sin embargo, ha llegado a un punto muerto. Cuando descubre que se está enamorando del hombre al que dedica un artículo, un encantador y exitoso médico deportivo llamado Aaron Conners, Amy se plantea si los adultos de verdad, entre los que está Aaron, quizá no estén tan equivocados.

Ficha de ‘Y de repente, tú’:

Película: Y de repente tú. Título original: Trainwreck. Dirección: Judd Apatow. País: USA. Año: 2015. Duración: 125 min. Género: Comedia. Reparto: Amy Schumer, Bill Hader, Brie Larson, Tilda Swinton, John Cena, Ezra Miller, Lebron James, Daniel Radcliffe, Marisa Tomei, Vanessa Bayer. Guion: Amy Schumer. Producción: Judd Apatow y Barry Mendel. Música: Jon Brion.  Distribuidora: Universal Pictures International Spain.