El próximo 10 de junio (más o menos), verá la luz el primer disco de Black Sabbath desde 1995, con un single de adelanto (‘God is dead?’) que anticipa la enésima resurrección del rock duro original.
La prometeica banda británica, muy americanizada ya, anunció el pasado año que estaban grabando nuevo disco con Rick Rubin de productor. En aquel momento estaba la banda al completo (Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward), todos sexagenarios más o menos venerables. Habían pasado casi 20 años desde el último, en aquel 1995 con ‘Forbidden’. Ya entonces afirmaron que serían cabeza de cartel del Download Festival en Gran Bretaña en junio.
Mientras, han soltado en la red el primer single del álbum, que ya tiene título, ‘13’; se trata de ‘God is dead?’, apenas medio minuto para ir abriendo boca. Será el 19º álbum de estudio de la banda, y ante la marcha de Ward se optó por Brad Wilk como batería, ya que formó parte de Rage Against the Machine y Audioslave. Tendrá ocho temas (‘End of the beginning,’, la mencionada ‘God is dead?’, ‘Lone, ‘Zeitgeist’, ‘Age of Reason’, ‘Live Forever’, ‘Damaged soul’ y ‘Dear father’) en su versión oficial y once en la deluxe.
A día de hoy, sin embargo, se sabe que Bill Ward se bajó del tren por problemas económicos (quería más), y que se les espera con una mezcla de respeto y ganas de ajustar cuentas. Los grandes mitos jurásicos se la juegan cada vez que vuelven, porque la crítica suele ser muy poco respetuosa y ansía afilar la guadaña con sus cabezas. Ya les ha pasado más de una vez a U2, a los Rolling Stones, a The Strokes y ahora a Black Sabbath también les esperan.