John G. Morris, el editor gráfico de los años dorados de la revista Life, vuelve a la actualidad con un libro que resume su trabajo, en realidad ser editor y testigo de un siglo entero.

Entre otras muchos cargos Morris fue nada menos que el primer director de la mítica agencia Magnum. La Fábrica publica ahora ‘¡Consigue la foto!’, versión española de una historia personal del fotoperiodismo, un volumen esencial para comprender la historia de este género. Es nada menos que una crónica de 50 años de oficio realizada por uno de los fotoeditores más importantes de la historia. En este volumen, que en Estados Unidos se reedita constantemente.

El autor desvela jugosas anécdotas de su vida y de las de los grandes fotógrafos con los que se relacionó: Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Lee Miller o Eugene W. Smith, entre otros muchos. 

Su biografía mezcla la personal con su papel como testigo privilegiado de acontecimientos clave del siglo XX. Cómo se perdieron los rollos de 35 mm que Capa tomó durante el Desembarco de Normandía, dónde se reunían Marlene Dietrich y Ernest Hemingway en el París de 1944 o qué ocurrió el día del asesinato de Kennedy son algunos de los secretos que desvela en su libro.

Además de editor fue el padrino y protector de muchos fotógrafos clave para crear la imagen de lo contemporáneo, y sobre todo fue el sostén de la revista Life y de toda esa generación que era, sobre todo, rebelde y ácrata; consiguió tenerlos controlados. Y sobrevivirles a todos: nació en 1916 y desde sus 96 años sigue mirando con serenidad, profundidad e inteligencia. Los manejó a todos y asumió la responsabilidad incluso de publicar las 11 fotos rescatables del desastre del sobrecalentamiento de los negativos de Capa en las playas de Normandía.

John G. Morris (Fotos: La Fábrica y licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported)

Life era un medio abierto, liberal, pero al mismo tiempo una parte protegida e indispensable de la maquinaria propagandística de los Aliados. Las fotos de Capa pasaron por la censura y tardaron tiempo en llegar a los medios americanos. En poco tiempo se convirtieron en un símbolo y a Morris le auparon a la gloria, eso a pesar de que a Capa casi le da un infarto cuando le dijeron que se habían perdido después de haber estado entre disparos y cadáveres en Omaha beach. Dijo a los medios Morris que “había otras muy buenas que hizo Bob Landry en Utah Beach, pero aquellas nunca llegaron porque se le cayeron al mar al mensajero”. Puro azar.

Morris se salvó de milagro de morir porque Scherschel se lo llevó a otro lado del frente, y al terminar la guerra, subido sobre su propia reputación, dirigió las secciones de imágenes de revistas y periódicos, culminando como director de Magnum, donde se reunió con muchos de sus compañeros como Rodger y Capa, y con otros como Cartier-Bresson y David Seymour. Ha vivido lo suficiente como para ver llegar el mundo digital y arquear una ceja entre la desconfianza y la oportunidad. Morris declaró en su visita a España para la presentación del libro que los medios ya no apoyan a los fotógrafos, que los medios están en manos de grandes empresas, y que “todo el mundo es fotógrafo”, y no le da la importancia debida a la imagen. No obstante, ve algo bueno: el gran hermano inverso, de abajo hacia arriba y hacia los lados. Ahora cada móvil es una oportunidad para defender la libertad de información. Sigue siendo como el título, ¡Consigue la foto!