LIBER, la 31º Feria Internacional del Libro (del 2 al 6 en octubre en la Casa de Campo de Madrid) busca impulso social y mayor peso, y por eso para esta próxima edición será abierta al público en lugar de únicamente profesional. 

La LIBER pretende así parecerse un poco más a la mayor feria del mundo, la Frankfurt Book Fair. “LIBER se renueva, no cambia, el objetivo es reimpulsarse y que la sociedad sea más consciente de lo que es”: palabras de Javier Cortés, presidente de la federación de editores españoles (FGEE). Durante el fin de semana se desarrollarán talleres y cuentacuentos para los más jóvenes, y para los más mayores se han organizado encuentros con autores y firmas de libros. La entrada para el público será de 5 euros, descontables en la compra de un libro.

No cambia el resto: seguirá siendo un lugar de encuentro para editores, distribuidores, empresas de artes gráficas y proveedores, entre otros, aunque esta vez también ha incluido a 24 agentes literarios para facilitar la compra de los derechos de los libros y su traducción a otros idiomas. LIBER dedicará un área al Corner Digital, donde se expondrán productos y soluciones para el entorno digital dentro del sector del libro. Otra novedad de este año es la incorporación a los premios LIBER de las siguientes categorías: al autor más relevante en idiomas iberoamericanos, al autor más relevante en idiomas no iberoamericanos y a la mejor adaptación de una obra literaria en una obra audiovisual.

Para esta edición Chile será el país de honor debido a que es uno de los principales destinos de las exportaciones españolas en Iberoamérica, además de ser la cuna de algunos de los escritores latinoamericanos más importantes como Pablo Neruda o Nicolás Parra, o de nuevos mitos literarios que arrasaron en España, como Roberto Bolaño. Todo para hacer honor a la frase de Cortés: “No estamos ni moribundos ni contra la pared, tenemos que seguir reinventándonos”. Sin embargo no deja de ser llamativo que en cada edición se repitan una y otra vez los mismos problemas: piratería, sobreproducción, falta de proyección exterior, la tardanza en adaptarse al nuevo sistema digital… asuntos que este año el sector y gremio de editores quieren encauzar de una vez.