Mientras se rumorea sobre la reaparición de Han Solo en el séptimo episodio de ‘La Guerra de las Galaxias’ y de una segunda parte de ‘Blade Runner’, disfruta con el éxito de la batalla estelar contra los Insectores en ‘El juego de Ender’.

Harrison Ford (Chicago, 1942), tras el estrafalario paréntesis de ‘Cowboys&Aliens’ (Jon Favreau) (2011), regresa al género de la ciencia ficción y a su amado espacio con ‘El juego de Ender’ (Gavin Hood), que llega este viernes a los cines españoles después de un brillante estreno en Estados Unidos donde ha debutado con el primer puesto de la taquilla.

Ford no ha esperado a su rumoreada y anhelada incorporación al séptimo episodio de ‘La Guerra de las Galaxias’, que dirigirá J.J. Abrams en el próximo año. Un proyecto ultrasecreto que recuperará la historia en el punto en el que la dejó ‘El retorno del Jedi’ (Richard Marquand) (1983). La presencia de Han Solo, salvo gran sorpresa, está cantada para un Harrison Ford que también estudia con Ridley Scott volver a interpretar al expolicía Rick Deckard en una secuela de ‘Blade Runner’ (1982).

 

‘El juego de Ender’ se ha adelantado. Ford ha regresado a la ciencia ficción y al espacio, donde cimentó su exitosa carrera antes de ponerse el sombrero de Indiana Jones. Lo hace en medio de una guerra alienígena contra una cruel raza invasora: los Insectores. La humanidad rechazó un primer ataque gracias a Mezer Rackham, interpretado por Ben Kingsley. Convertido ahora en un héroe, es el comandante de la Flota Internacional.

Pero la paz es efímera. Rackham sabe que los Insectores volverán. Hay que prepararse para una guerra definitiva. La Flota Internacional ha tomado una polémica decisión: ha reclutado a los niños superdotados para preparar la resistencia contra los alienígenas. Harrison Ford, como el expeditivo coronel Hyrum Graff, tiene un papel esencial en este plan. Nadie mejor que un experto en la guerra galáctica contra el Imperio creado por George Lucas para encontrar y formar al nuevo salvador de la humanidad.

‘El juego de Ender’ confía nuestro futuro a los jóvenes mejor preparados, reunidos en una Escuela de Batalla que el director ha construido en unas instalaciones en desuso de la NASA en Nueva Orleans. Entre ellos, destaca Ender Wiggin, con el rostro del adolescente Asa Butterfield, protagonista de ‘Hugo’ (Martin Scorsese) (2011). Ender Wiggin es un joven tímido pero con una gran inteligencia y una capacidad innata para la estrategia militar. El coronel Hyrum se encargará de prepararlo para la guerra.

 

 

‘El juego de Ender’ está lejos de ‘La Guerra de las Galaxias’, tanto por contenido como por forma: “Cuando hicimos ‘La Guerra de las Galaxias’, las naves se fabricaron con trozos de plástico de coches, trenes y barcos que se pegaban juntos y pasaban frente a la cámara con un palo en el extremo. Y funcionaba. Estaba bien. Con un poco de música se creía realmente que una gran nave espacial pasaba sobre nuestras cabezas”, ha recordado Ford en las últimas semanas.

La tecnología ha crecido mucho desde entonces. Frente a la artesanía de la trilogía inicial de ‘La Guerra de las Galaxias’, ‘El juego de Ender’, con un holgado presupuesto de 110 millones de dólares, disfruta de unos efectos especiales de última generación. Harrison Ford considera, no obstante, que con el abuso de la tecnología en algunas producciones de Hollywood “se pierde contacto con el lado humano del personaje. Eso se puede resentir cuando es lo más importante”.

Violenta y basada en la novela de un homófobo

De cualquier manera, la gran diferencia entre ‘El juego de Ender’ y el universo de ‘La Guerra de las Galaxias’ es de contenido. La eterna lucha del bien y del mal planteada como una película de aventuras por George Lucas contrasta con las intenciones de ‘El juego de Ender’, basada en una novela homónima que conforma una saga de cuatro títulos. ‘El juego de Ender’ es mucho más áspera, como demuestra el protagonismo de adolescentes como soldados. El espacio se ha vuelto un lugar más violento.

En ‘El juego de Ender’, dirigida y adaptada por Gavin Hood (‘Tsotsi’ y ‘X-Men Orígenes: Lobezno’), subyace una reflexión sobre la ética de la guerra. Harrison Ford, que ha minimizado la violencia de la cinta, considera, sin embargo, que es un proyecto apto para las familias para que “la gente más joven vaya con sus padres a verla” ya que encierra una reflexión sobre el concepto del liderazgo.

 

 

Pero la polémica ocasionada por la supuesta violencia de ‘El juego de Ender’ se queda en una simple anécdota al lado del revuelo mediático generado por el autor de la novela en la que se basa el filme: Orson Scott Gard, un declarado homófobo. “El matrimonio solo tiene una definición, y cualquier gobierno que intente cambiarlo es mi enemigo mortal. Voy a actuar para destruir ese gobierno y hacerlo caer”, es una de sus perlas sobre las uniones homosexuales.

Asociaciones de gais y lesbianas han llamado a un boicot a ‘El juego de Ender’ y han obligado a Harrison Ford a justificar su presencia en la película: “Es bien sabido que Orson Scott Card y yo tenemos puntos de vista diferentes sobre el tema del matrimonio gay y los derechos de los homosexuales (…) Todo esto ha sido un verdadero dilema para mí. Me encanta el libro. Habla sobre la tolerancia, la compasión y el entendimiento con los demás”, ha asegurado en una entrevista al diario ‘The Guardian’.

Ford ha optado por desvincularse de las reaccionarias ideas del novelista, que escribió ‘El juego de Ender’ en 1985. “¿No debería haber hecho la película debido a sus puntos de vista? (…) Estamos teniendo esta conversación precisamente porque los temas del libro están en desacuerdo con sus actuales ideas. Estoy muy orgulloso de la película y sentí fuertemente que no quería perder mi amor por el libro porque el autor parezca estar en un lado diferente a mí en ese asunto”, ha justificado un Harrison Ford que con ‘El juego de Ender’ regresa a un espacio que le espera para volver a pilotar el Halcón Milenario. Han Solo ha encendido ya los motores.