No sólo España es una víctima cultural de la crisis económica y la cortedad de miras del neoliberalismo del poder, también lo es toda Europa. 

La Comisión Europea ha publicado un estudio sobre el impacto de los recortes económicos y la falta de crédito en el tejido industrial cultural de toda Europa, que aglutina más de 40 idiomas y otras tantas plataformas artísticas, si bien muchos de los circuitos culturales son compartidos. Según la UE, el sector sufrirá un déficit de financiación de unos 13.400 millones de euros en los próximos siete años. Los principales culpables son los mismos que con las pymes: los bancos, que estrangulan las líneas de crédito. Según la UE, esta actitud obstaculiza considerablemente el progreso de un sector vital para la economía, cuyo crecimiento es superior al crecimiento medio y que representa hasta el 4,4% del PIB de la UE.

El informe de la UE no tiene reparos en señalar a los culpables, que no se fían de nada que tenga que ver con la cultura y exigen un rendimiento inmediato a la inversión. Esto deja a la industria cultural en una difícil situación: sin apenas subvenciones y sin crédito privado se coarta la expresión y no hay salida para la creatividad. Según el informe, las empresas presentan en su gran mayoría estrategias comerciales sólidas y buenos perfiles de riesgo, pero los bancos deniegan el crédito. Y muchas veces, ante el temor de verse endeudados, los autores y promotores prefieren no arriesgarse.

El estudio ha sido encargado por la UE para diseñar su nueva estrategia de apoyo a los sectores de la cultura y de la creación, concretada en el programa Europa Creativa, que incluye una garantía por valor de 120 millones de euros para avalar una parte del riesgo de los préstamos bancarios concedidos a las pymes del sector. La idea es que al avalar los proyectos se podrían llegar a liberar hasta tres veces más euros en préstamos bancarios viables. Además, el proyecto permitirá apoyar iniciativas para informar mejor a los bancos de los factores que deben tener en cuenta para evaluar la solvencia de las pymes del sector cultural.

A favor de la industria cultural cuenta la fiabilidad y el buen rendimiento económico: según las estadísticas de la UE, las empresas europeas activas en los sectores de la cultura y la creación disponen de un margen de beneficios y una solvencia superior a la media, y a otros sectores a los que la banca no suele poner reparos para abrir el grifo del dinero. No obstante, juega en contra de la cultura la deficiente gestión de estas empresas: un 60% de las sociedades culturales no tenían plan de empresa y un alto número de los mismos no quisieron pedir préstamo por la complejidad del mismo. En este sentido, la Comisión está dispuesta a apoyar también las medidas para mejorar las competencias de gestión de los profesionales del sector de la creación.