Henning Carlsen adapta la última novela de Gabriel García Márquez con el mexicano Emilio Echevarría (‘Amores perros’) como protagonista. La película tuvo un complicado rodaje debido a acusaciones de fomento de la pedofilia.
“El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible. Nunca sucumbí a ésa ni a ninguna de sus muchas tentaciones obscenas, pero ella no creía en la pureza de mis principios. También la moral es un asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya lo verás. Era algo menor que yo, y no sabía de ella desde hacía tantos años que bien podía haber muerto. Pero al primer timbrazo reconocí la voz en el teléfono, y le disparé sin preámbulos:
Hoy sí.
Ella suspiró: Ay, mi sabio triste, te desapareces veinte años y sólo vuelves para pedir imposibles. Recobró enseguida el dominio de su arte y me ofreció una media docena de opciones deleitables, pero eso sí, todas usadas. Le insistí que no, que debía ser doncella y para esa misma noche. Ella preguntó alarmada: ¿Qué es lo que quieres probarte? Nada, le contesté, lastimado donde más me dolía, sé muy bien lo que puedo…”.
Así arranca ‘Memoria de mis putas tristes’ (2004), la última novela de Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927). El Premio Nobel colombiano regresaba al género diez años después de ‘Del amor y otros demonios’ (1994) con un relato inspirado en una de sus obras favoritas, ‘La casa de las bellas dormidas’, una novela breve de otro Nobel, el japonés Yasunari Kawabata. Una referencia presente desde el inicio. García Márquez abre ‘Memoria de mis putas tristes’ con una cita extraída de ‘La casa de las bellas dormidas’: “No debía hacer nada de mal gusto, advirtió al anciano Eguchi la mujer de la posada. No debía poner el dedo en la boca de la mujer dormida ni intentar nada parecido”.
Eguchi es un anciano solitario que visita una posada donde los ricos de avanzada edad duermen, previo pago, con jóvenes y bellas muchachas para recordar sus olvidados años de juventud. No hay sexo, únicamente contemplación. ‘Memoria de mis putas tristes’ tiene a su propio Eguchi: ‘El Sabio’, un casi nonagenario soltero que se describe como “feo, tímido y anacrónico”. Vive con el dinero justo en una amplia casa heredera de sus padres y escribe una columna dominical y críticas musicales, por las que no cobra, en ‘El Diario de la Paz’, publicado en una ciudad, nunca citada, con características similares a Barranquilla.
‘Delgadina’, un objeto de deseo de catorce años
‘El Sabio’ se jacta de que “nunca me he acostado con ninguna mujer sin pagarle y a las pocas que no eran del oficio las convencí por la razón o por la fuerza de que recibieran la plata aunque fuera para botarla a la basura”. Comenzó pronto, a los doce años. A partir de los veinte, escribió “un registro”, al que llamó ‘Memoria de mis putas tristes’, de las mujeres con las que se acostó anotando su edad, nombre y detalles del encuentro. ‘El Sabio’, cuando llegó a quinientas, se olvidó del listado.
Cumplirá 90 años un 29 de agosto. Falta solo un día y busca una noche especial en la casa de Rosa Cabarcas. Allí, conocerá a una adolescente de catorce años, ‘Delgadina’, que cambiará su manera de vivir. “El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor”, se lamenta. ‘Delgadina’ ha penetrado con fuerza en su apasionado corazón. ‘El Sabio’ se ha enamorado. “Siempre había entendido que morirse de amor no era más que una licencia poética. Aquella tarde, de regreso a casa otra vez sin el gato y sin ella, comprobé que no sólo era posible morirse, sino que yo mismo, viejo y sin nadie, estaba muriéndome de amor”.
Mientras reflexiona sobre la vejez, Gabriel García Márquez narra una relación imposible. O quizás no. ‘El Sabio’ se lanza al vacío como un adolescente irracional que acaba de enamorarse por primera vez. Define su primer encuentro con ‘Delgadina’, que se encuentra dormida como las jóvenes de Yasunari Kawabata, como “el principio de una nueva vida a una edad en que la mayoría de los mortales están muertos”. Acude cada noche a observarla mientras lee a su enamorada ‘El Principito’, de Saint-Exupéry, ‘Las Mil y una noches’ o los cuentos de Perrault.
Buen paso por el Festival de Málaga
‘Memoria de mis putas tristes’ aterriza este viernes en los cines españoles con la dirección del octogenario realizador danés Henning Carlsen (‘Hunger’) y la producción de Zip Films (España), Memorias del Sabio Producciones (México), Crone Film Produktion A/S (Dinamarca) y Dagmar Film Produktion (Dinamarca). La adaptación de Carlsen, que cuenta con el actor mexicano Emilio Echevarría (el inolvidable ‘Chivo’ de ‘Amores perros’) en el papel de ‘El Sabio’, se estrenó con éxito en el Festival de Cine Español de Málaga del año 2012. Consiguió el Premio Especial del Jurado Joven y la Biznaga de Plata para la Mejor Actriz de Reparto para Ángela Molina, que interpreta a Casilda Armenia, una antigua compañera de ‘El Chivo’.
Completan el reparto Paola Medina (‘Delgadina’), Geraldine Chaplin (Rosa Cabarcas), Olivia Molina (Casilda Armenia, joven), Dominika Paleta (Ximena, a quien plantó ‘El Sabio’ en el día de su boda), Alejandra Barros (Florina de Dios, la madre de ‘El Sabio’) y Evangelina Sosa (Damiana, la sirvienta de ‘El Sabio’). ‘Memoria de mis putas tristes’ es la quinta novela de García Márquez que pasa al cine tras ‘Crónica de muerte anunciada’ (Francesco Rosi) (1987), ‘El coronel no tiene quien le escriba’ (Arturo Ripstein) (1999), ‘El amor en los tiempos del cólera’ (Mike Newell) (2006) y ‘Del amor y otros demonios’ (Hilda Hidalgo) (2010). Además, ‘La mala hora’ se convirtió en Colombia en una serie de televisión en la década de los setenta.
La adaptación de ‘Memoria de mis putas tristes’, que se estrenó en México el 12 de octubre de 2012, se ha encontrado con múltiples problemas relacionados con la relación que Gabriel García Márquez plantea entre un nonagenario y una adolescente de catorce años que vende su cuerpo para ayudar a su familia a comer. El inicio del rodaje estaba programado para el 26 de octubre de 2009 en el estado mexicano de Puebla con un presupuesto de siete millones de dólares. Tres semanas antes, la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe anunció “una denuncia contra quien o quienes resulten responsables por hechos que pueden ser constitutivos del delito de apología de la prostitución infantil y la corrupción de menores”.
Ana de Armas, primera opción
De poco valieron las quejas de los productores. “Están censurando una obra fílmica antes de que se haga sin conocer ni el guion ni la visión del director, ¿cómo pueden opinar y criticar así?”. La imagen de la actriz cubana afincada en España Ana de Armas, elegida para interpretar a ‘Delgadina’, no convenció a la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe pese a que tenía ya 21 años cuando estaba previsto el rodaje. La versión cinematográfica de ‘Memoria de mis putas tristes’ entraba en un punto muerto como reconocieron entonces los productores: “Han asesinado nuestra adaptación. Nos han dado un golpe mortal porque no podemos aventurarnos a filmar sin todos los recursos. Será difícil que esto salga adelante porque ya se politizó”.
La denuncia de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe espantó el apoyo financiero del estado de Puebla. Su entonces gobernador, Mario Marín, estaba implicado en un escándalo por proteger, supuestamente, a un empresario acusado de pederastia. Lo último que necesitaba era un nuevo problema. Marín dejó tirado a los productores de ‘Memoria de mis putas tristes’ que encontraron un plan B: San Francisco de Campeche, en la Península de Yucatán, con un notable recorte del presupuesto hasta situarse en 4,5 millones de dólares.
El rodaje se realizó prácticamente a escondidas y con un título ficticio: ‘Sueños del Caribe’. “Fue una medida estratégica. No queríamos llamar la atención de nadie. Nos había costado tanto trabajo reiniciarlo que no queríamos volver a tener una mala experiencia”, matizó al respecto el productor Leo Villarreal. El proyecto arrancó con cambios en el reparto. La actriz mexicana Paola Medina, ocho años mayor, sustituyó a Ana de Armas. Medina ha defendido la película en cuerpo y alma: “Es una historia de amor y ¡qué bueno que se toquen estos temas! Está contada de una manera ‘padrísima’, preciosa. Todo está hecho con arte. Es una obra artística muy bonita. ¿Escándalo? No veo de qué tipo”, señaló en el estreno en México.
“Es una película poética, no polémica”
La dilación en el rodaje y los recortes de presupuesto provocaron otro cambio esencial en el reparto. El actor mexicano Emilio Echevarría, conocido en España gracias a su espectacular papel de ‘El Chivo’ en ‘Amores perros’ (Alejandro González Iñárritu) relevó al argentino Héctor Alterio. Los productores tuvieron que convencer a Echevarría que no se veía, por cuestiones de edad, como ‘El Sabio’. Mientras, Jean-Claude Carrère, guionista de dos joyas de Luis Buñuel como ‘Belle de Jour’ y ‘El discreto encanto de la burguesía’ y de la adaptación cinematográfica de ‘El tambor de hojalata de Günter Grass, se encargó del guion.
“No hay nada que puedas llamar promoción a la pedofilia en la película, todo se trata de una historia de amor, la historia de un viejo que quiere seguir sintiendo y se enamora. ‘Memoria de mis putas tristes’ es una película poética, no polémica”, ha resumido su director, Henning Carlsen. Pero faltaba el aval más importante, una opinión positiva de Gabriel García Márquez.
“Fue mucho estrés para ‘Gabo’ (apodo de Gabriel García Márquez). Fue muy duro. Empezaron a hablar muy feo de la novela y él nunca se había visto en un escándalo. Es una persona mayor y la familia dijo que no tenía necesidad de pasar por eso”, ha recordado la productora Raquel Guajardo. El esfuerzo valió la pena. “A ‘Gabo’ la película le gustó muchísimo, la dirección de Carlsen y la actuación de Emilio Echevarría”.
‘El Sabio’ demuestra en el cine, como ya hiciera en la novela de García Márquez, que es posible enamorarse a los noventa años con la vitalidad de un adolescente. No lo olviden: “Siempre había entendido que morirse de amor no era más que una licencia poética. Aquella tarde, de regreso a casa otra vez sin el gato y sin ella, comprobé que no sólo era posible morirse, sino que yo mismo, viejo y sin nadie, estaba muriéndome de amor”.
Ficha técnica de ‘Memoria de mis putas tristes’:
Dirección: Henning Carlsen. Países: México, España y Dinamarca. Año: 2011. Duración: 90 minutos. Género: Drama y romance. Interpretación: Emilio Echevarría (‘El Sabio’), Paola Medina (‘Delgadina’), Geraldine Chaplin (Rosa Cabarcas), Ángela Molina (Casilda Armenia, mayor), Olivia Molina (Casilda Armenia, joven), Dominika Paleta (Ximena), Alejandra Barros (Florina de Dios) y Evangelina Sosa (Damiana). Guion: Jean-Claude Carrière y Henning Carlsen, basado en la novela ‘Memoria de mis putas tristes’ de Gabriel García Márquez. Producción: Jordi Rediu, Norbert Llarás, Raquel Guajardo, Vicente Aldape y Leonardo Villarreal. Música: Roger Julià. Fotografía: Alejandro Martínez. Montaje: Anders Refn. Distribuidora: Emon / Savor Ediciones. Estreno en España: 17 de enero.