Música para los oídos de los nostálgicos de aquellos años 80 y 90 en los que la voz de Robert Smith era algo más que canciones, que era parte de su vida.

The Cure ha anunciado que este año verá la luz el decimocuarto disco de esta banda longeva y que tiene fans por todo el planeta, todos pendientes de que el sonido no termine de distorsionarse con los años. Se llamará ‘4:14 Scream’ y supondrá la continuación de ‘4:13 Scream’ (2008). El anuncio llega además después de que se sepa que se han agotado las entradas de los conciertos de la banda para el Teenage Cancer Trust, una serie de actuaciones benéficas que tienen como objetivo ayudar a los jóvenes que padecen esta enfermedad.

The Cure publicó su primer disco en 1979 bajo el título de ‘Three imaginary boys’, al que siguieron ‘Seventeen seconds’ (1980), ‘Faith’ (1981), ‘Pornography’ (1982), ‘The top’ (1984), ‘The head on the door’ (1985), ‘Kiss me, kiss me, kiss me’ (1987), ‘Disintegration’ (1987), ‘Wish’ (1992), ‘Wild mood swings’ (1996), ‘Bloodflowers’ (2000), ‘The Cure’ (2004) y ‘4:13 dream’ (2008). En esta estela ha dejado canciones como ‘Lullaby’, ‘Pictures of you’, ‘One hundred years’, ‘Another day’, ‘Close to me’ o ‘More than this’. Actualmente la banda la componen Robert Smith, Simon Gallup, Jason Cooper, Roger O’Donnell y Reeves Gabrels.

La banda no ha dejado de trabajar a pesar de que el ritmo de discos bajó mucho a partir de los años 80, cuando su ola se difuminaba con la nueva década. En su haber cuenta, además de con los mencionados discos, con 34 singles, recopilatorios, reediciones, nominaciones a los Grammy y nada menos que 30 millones de discos vendidos en todo el mundo.

The Cure en tiempos recientes

Luego está la larga lista de etiquetas que suelen aplicarse a bandas cuya estética era tan cercana a muchas de las tribus que surgieron en los 80: desde punk a rock gótico (algo que Smith nunca ha soportado) pasando por “new wave” o post-punk. Smith ha rechazado siempre esas etiquetas, y dejó una frase para dejarlo claro a Tv.com en 2013: “Es tan triste que a The Cure se le siga llamando gótico… No somos categorizables. Supongo que éramos post-punk cuando salimos, pero globalmente es imposible. Yo toco música de The Cure, sea lo que sea que esto signifique”.

Sin embargo la amplia carrera de la banda les persigue, sobre todo el pasado en los 80: no hay que olvidar que compartieron escenarios, estilos e influencias con Joy Division o Bauhaus. Cada etapa histórica de la música marca a las bandas, y mucho más cuando las letras se llenan de frases existenciales que les entroncan directamente con el ambiente gótico de Gran Bretaña o Nueva York en aquella década y son, todavía hoy, alimento de ese mismo ambiente 20 años después.

Del oscurantismo deliberado o consecuente con la estética y el momento de la banda saltó a partir de ‘Japanese Whisperers’ a una actitud más vitalista. Apenas los 80 se habían estrenado y a partir de ese 1983 la oscuridad se moduló hacia música más vitalista e influenciada por el pop. Dejaron atrás el punk y los conciertos que parecían iluminados con velas para abrazar el dinero del mainstream junto a U2 y Depeche Mode. Los tres grupos fueron, cada uno a su manera, la columna vertebral de la música británica de calidad y comercial.

The Cure en 1985

Pero duraría poco: en 1989, con los bolsillos llenos, decidió repescar en el pasado y Robert Smith espoleó a la banda para publicar ‘Disintegration’, el regreso al lado oscuro y quizás uno de sus mejores discos. Si no el mejor. A pesar de las críticas iniciales logró demostrar que su instinto había sido bueno y gracias a este disco apareció ‘Lullaby’. El disco es la cima real del grupo y de Smith, que en 1992, con 30 años, veía aparecer el siguiente disco y mayor éxito comercial de la banda, ‘Wish’, no tan oscuro pero sí igual de “atmosférico” con canciones que apuntalaron la fama de la banda y ese mismo perfil que tan poco le gusta a Smith.

A partir de ahí todo fue cuesta abajo: ni ‘Wild Mood Swings’ ni ‘Bloodflowers’ consiguieron levantar el vuelo, con parte de los fans en desbandada y la crítica de uñas con ellos. La deriva iría cada vez más hacia el rock progresivamente más duro que nada tiene que ver con sus inicios. Para el recuerdo de muchos queda precisamente esa atmósfera a club denso y oscuro que tan buenos resultados le dio en los 80 y el arranque de los 90. Con la esperanza de que el nuevo álbum pueda hacerles remontar el vuelo que ya cayó bastante con la primera parte, ‘4:13’.