El Estado lo tiene claro: a lo largo de este año se debería culminar un proyecto nacido durante la Segunda República y que es el que más tiempo lleva sobre la mesa, reunir todo lo atesorado por los reyes de España durante siglos en un solo museo.
IMÁGENES: Wikimedia Commons / Patrimonio Nacional
Éramos pocos y la abuela parió. O algo parecido. Madrid es la ciudad más mimada en ese extraño vínculo que hay entre arte e historia del arte y turismo. No es nuevo que una gran mayoría de turistas que acuden a Madrid van directos hacia tres de las pinacotecas vitales de España, de Europa y del mundo: el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y, en menor medida, el Reina Sofía. A estos tres se unirá un cuarto que quiere redondear la oferta a costa de saturar al respetable público, el futuro Museo de Colecciones Reales, metido con calzador en el Palacio Real al oeste de la ciudad, en el corazón del casco antiguo de la capital, construido por los Borbones y que actualmente sólo se utiliza para algunos premios culturales, recepciones diplomáticas y algún que otro banquete oficial. Pero no es nuevo, más bien es muy antiguo: la idea tiene 17 años y sólo ahora, mirando para enero de 2016, toma cuerpo finalmente. Estas fechas se han conocido a mediados de noviembre tras preguntas de Izquierda Unida para saber cómo está un proyecto antiguo pero nuevo al mismo tiempo.
No por noticia antigua hay que mirar para otro lado por lo que albergará este futuro museo que ya veremos cómo puede ser insertado dentro del Palacio Real, literalmente intocable para Patrimonio Nacional. Y lo de antiguo va en serio: el proyecto original data nada menos que de la II República, de 1935. Una idea clásica pero útil, reunir en un mismo lugar las cerca de 154.000 piezas atesoradas por los reyes de España durante siglos y que están desperdigadas por varias localizaciones. Pero ese proyecto fue pospuesto una y otra vez: la Guerra Civil, la falta de fondos, ideas mucho más interesantes como el Thyseen-Bornemisza o el Reina Sofía… Hasta que volvió en los 80. El arranque definitivo fue en 1998, y desde entonces ha llovido, y mucho, porque no dejó de ser un eterno retorno de la industria cultural con tirón turístico.
El Museo (plano inferior, a la derecha), integrado en el complejo del Palacio Real
Porque los problemas no han parado. Uno de ellos es el volumen gigantesco de piezas que hay que gestionar, que van desde cuadros a joyas pasando por carruajes, armas, armaduras, muebles, tapices… etc. Estamos hablando de más de 600 años de Historia, ya que se heredó de la Corona de Castilla. Izquierda Unida preguntó oficialmente porque, como siempre, hay desfases entre lo presupuestado y lo gastado, mucho más por la lentitud de las obras. La cuarta fase de construcción suponen 33,4 millones de euros. Pero sobre todo quería algo de luz sobre plazos, y si, por fin, 2015 será el último año de verdad de espera. Un proyecto deseado por el Estado, cuestionado por casi todos (por los altos costes mientras se recorta de fondos de cultura a todo lo demás) y cuyo futuro estará ligado indefectiblemente al Palacio Real. El presupuesto total era de 200 millones de euros, pero (oh milagro) se redujo por recortes y cancelación de varios aspectos del proyecto hasta los 154,8 millones de euros. Se optó en la revisión de 2012 por cambiar aspectos y meter también la tijera. Supuestamente ya está todo en la fase final de construcción que incluye las instalaciones y los acabados organizativos.
El edificio cuenta con 40.000 metros cuadrados, unos 5.000 de ellos dedicados a salas de exposición con especial atención a las obras que fueron encargadas por los reyes. Eso ya anticipa parte del atractivo de este museo: ¿Tiziano, Velázquez y Goya juntos por catálogo propio o cesiones temporales de otros? Podría ser. Tienen cerca de 154.000 piezas donde elegir, custodiadas por Patrimonio Nacional, entre ellas conjuntos representativos de las diversas artes fomentadas por los monarcas españoles desde la Edad Media hasta la actualidad. Eso incluye también partituras, esculturas, libros… piensen en los incunables o joyas bibliográficas acumuladas por los Austrias y los Borbones. La idea central de Patrimonio Nacional es una organización cronológica: cada rey con lo suyo. Se sabe de momento que la primera planta estará partida en dos, una sección para la dinastía de la que surgió todo: los Trastámara, que gobernó con dos ramas familiares en Castilla y Aragón; la otra sección para los Austrias, que realmente es la que inició con su política artística y más dinero gastó (sólo hay que pensar en Felipe II y Felipe IV, por ejemplo). La segunda, entera, para los Borbones. La tercera será para grupos artísticos concretos (como los carruajes, por ejemplo) y para exposiciones temporales, y estará a la altura del Campo del Moro.
Un proyecto muy antiguo mil veces demorado
El primero en pensar en juntar todo lo que habían acumulado los reyes de España por mecenazgo, botín o compra particular fue Manuel Azaña siendo presidente. La primera orden se remonta a 1935, con el Decreto de Fundación del Museo de Armas y Carruajes fechada al año siguiente. La Guerra Civil destrozó todo o casi todo lo soñado. La posguerra fue de tal escasez que ni de broma se podía hacer. Si bien el franquismo quiso recuperarlo en los años 50 volvió otra vez a posponerse hasta que en los años 80, como parte del despliegue de España con el PSOE, también se soñó con ese museo conjunto. Sin embargo la primera vez que se puso sobre el papel de verdad fue en 1998 con el gobierno de Aznar, que añadió a las armas y carruajes las joyas, los tapices y todo el mobiliario de calidad de los Austrias y los Borbones.
El proyecto de 2002, firmado por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla incluyó también otros aspectos que miraban directamente hacia la posibilidad de incluir también pintura y escultura. En 2006 empezaron las obras pero no se esperaban ciertos detalles: para empezar se encontraron restos arqueológicos en la zona del Campo del Moro; luego llegó la doble urgencia, por un lado el aumento del presupuesto (en España todo se infla siempre…) y por otro la necesidad de recortar esos mismos presupuestos a partir de 2012, que demoró todavía más las obras. Otro hecho clave fue la laboriosidad de la fachada: granito gris que hubo de colocarse in situ usando también refuerzos de hormigón internos. Pero, finalmente, parece ser que 2015 será el año. O no.
Cuadros y tapices de las Colecciones Reales
Las Colecciones Reales incluyen carruajes, armas y armaduras, ahora en la Armería del Palacio Real