La Feria del Libro arrancó este pasado jueves y lo hizo como siempre, con mucho sol, miles de visitantes y la sensación de que la guadaña de la crisis y del fin del modelo de negocio siempre está encima. La feria estará abierta hasta el 14 de junio próximo, con 368 casetas y más de 470 eventos. 

Son cientos de casetas, cientos de presentaciones. Cientos de autores que pasarán varios días firmando libros, hablando con los lectores y buscando su pequeño lugar bajo el implacable sol madrileño. El Parque del Retiro vivirá varios días de lujo literario en la mayor fiesta del papel impreso de toda España. Todos los medios de comunicación hablarán de lo mismo: los autores con colas de personas esperando para que le firmen, algún que otro problema (como cuando un grupito de neonazis atacó la caseta de un librero de izquierdas, porque anda la derecha española en implosión) y muchas ilusiones.

Las 368 casetas generarán suficiente caja como para salvar el año de más de un librero. Y autor. Todas las novedades editoriales y los títulos de los catálogos ya difíciles de encontrar están presentes a lo largo de las 368 casetas y 471 expositores que se dan cita en esta fiesta del libro, la más importante de España, que este año tiene una especial dedicación a la poesía, como se puede ver en su lema: ‘El amor está en lo que tendemos (puentes, palabras)’.

Hasta el 14 de junio habrá un mensaje corporativo de librerías, autores y editoriales: “Ilusión y esperanza”. Lo que queda al otro lado de las palabras son fríos datos y situaciones reales: miles de librerías cerradas, piratería de libros y cómics en aumento, caída de ventas a pesar de que ha aumentado el índice de lectura y el fin de un modelo de negocio. Y los autores, los grandes perdedores: las editoriales ya no apuestan por novatos, se concentran en los conocidos, en los consagrados y en la reedición de clásicos. Aparte está la caída del consumo generalizado en España por la crisis económica, y cómo muy pocos pueden vivir de la literatura.

Así que entre paseos, los “sólo estoy mirando” y los goterones de sudor al esperar durante horas bajo el sol a que le firmen un ejemplar, los visitantes tienen donde elegir novedades para este año. Títulos nuevos de ficción y no ficción que servirán para que la lectura continúe en lo alto de las preferencias. Uno no va a la Feria del Libro si no siente la pasión de la lectura. También puede haber salido a dar una vuelta por el Retiro y distraído termina allí, pero hay que reconocer que cada edad, segmento de población, ideología o situación económica tiene interés en algo. Mencionamos algunos ejemplos de buenas opciones para cada uno. Es el lector el que debe elegir.

Empecemos por un contemporáneo español, Julio Llamazares, que presenta en la feria ‘Distintas formas de mirar el agua’ (Alfaguara), una novela sobre el destierro de los habitantes de varios pueblos cuando decidieron que la zona era perfecta para una presa. El dolor, el desarraigo y la pérdida de los escenarios simbólicos de la infancia y la vida misma se retratan en la obra del leonés. También es española Milena Busquets, hija de la famosa editora que presenta ‘También esto pasará’ (Anagrama), relato del dolor por la pérdida de la madre que también era un referente personal. Un ejercicio de memoria vital con lo bueno y lo malo, como una discípula que rinde homenaje a la maestra. No hay que olvidarse tampoco de Javier Marías y su última novela, ‘Así empieza lo malo’, que sigue adelante con promoción y vida de una nueva obra. Ni los grandes tienen asegurado nada hoy.

Fuera de los nombres del gran radar aparecen foráneos como Haruki Murakami, un tipo muy especial que publica ‘Hombres sin mujeres’ (Tusquets), siete relatos sobre el amor, la soledad y la desgracia de no ser amado. Si hay un japonés con gancho en Occidente, ése es Murakami. Igual de extraño es el libro de Xavier Güell, ‘La música de la memoria’ (Galaxia Gutenberg), una cadena de confesiones de los grandes compositores de la Historia, desde Beethoven a Mahler, donde los melómanos podrán sumergirse en las vidas personales de los genios que hicieron de la música el arte con más tirón que existe. Y una recomendación original: ‘La suma de los ceros’ (Pepitas de Calabaza), de Eduardo Rabasa, una novela distópica en una ciudad latinoamericana donde rige la ideología del “quietismo en movimiento”, una sociedad artrítica que no funciona.

A la Feria del Libro también le vendrán bien obras como el ensayo ‘Elogio del papel’ (Ariel), de Roberto Casati, sobre la excesiva influencia de lo digital y la vigencia actual casi religiosa del mundo del papel y la tinta impresas. Mal momento para publicarlo. O el mejor, según se mire. Igualmente es buen momento para la poesía también, como en el caso de Luis García Montero, que podrá consolarse de su derrota política con IU en Madrid con la integral que le ha publicado Tusquets, 35 años de trabajo poético unidos por un mismo volumen. También hay novedades extrañas como ‘Tus piest toco en la sombra y otros poemas inéditos’ (Seix Barral) de Pablo Neruda, posteriores a 1950 y en plena madurez del escritor. También reaparece Chantal Maillard con nueva obra, ‘La herida de la lengua’ (Tusquets), poemario después de ocho años sin saber de ella.