Con el gremio escénico soliviantado contra casi todo (IVA, partidos políticos, economía, situación social y profesional), la danza se convirtió en el gran motor de los Premios Max en su XIX edición en una gala del Teatro Circo Price de Madrid con los siete premios de ‘Pinoxxio’.

El PP se llevó todos los palos, pero que eran extensibles a esa gran parte de la sociedad que lleva años sojuzgando a la cultura española en todas sus formas. En la gala se escucharon críticas a la política oficial sobre el IVA, la protección de los autores, los refugiados e incluso el arresto kafkiano de dos titiriteros que sirvió para que toda la prensa internacional se burlara del gobierno español y la justicia por el absurdo de acusarlos casi de terroristas. Todo era una gran diana para disparar por la profunda desafección y frustración del teatro, la danza, el espectáculo, el cine, la música y casi cualquier actividad cultural o intelectual con el actual gobierno.

‘Pinoxxio’ tenía nueve nominaciones, y al final se llevó siete premios: Mejor Composición Musical para Espectáculo Escénico, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Bailarina Principal, Mejor Bailarín Principal, Mejor Coreografía, Mejor Elenco o Intérprete Solista de Danza y Mejor Espectáculo Infantil o Familiar. Le siguen en número de premios ‘La piedra oscura’, que se llevó cinco de los seis que tenía apuntados: Mejor Diseño de Espacio Escénico, Mejor Diseño de Iluminación, Mejor Autoría Teatral, Mejor Dirección de Escena y Mejor Espectáculo de Teatro. La única persona que sabía que saldría de allí con premio fue Lola Herrera, Max de Honor por toda su carrera, que ella definió como un “largo camino hasta llegar aquí, una carrera de fondo sin relevo”. Y eso que tiene 80 años porque, como apuntó, “se me ha pasado la vida en un pis pas”.

Nombre por nombre, destacan dos. Primero Pepe Viyuela, un todoterreno conocido por la comedia y el humor pero que demuestra que tiene fondo dramático más que suficiente. Y para hacer cualquier cosa y con cualquier tono. En ‘Rinoceronte’ lo demostró y por eso se llevó el premio al Mejor Actor. Fue él quien más se acordó del abanico: refugiados, titiriteros, libertad de expresión y puyas contra el rodillo conservador. Y entre las féminas, Aitana Sánchez-Gijón por su ‘Medea’ de El Teatro de la Ciudad, que le ha dado el premio a Mejor Actriz. También ella protestó contra el acoso a la libertad de expresión e incluso ironizó con que tenía miedo de ser detenida porque en la obra clásica mata a dos de sus hijos teatrales. Joaquín Notario se llevó el galardón de Mejor Actor de reparto por ‘El alcalde de Zalamea’; el premio de Mejor Actriz de Reparto ha sido para Julieta Serrano, que no ha podido acudir a la gala por el rodaje de una película.

Todavía más crítica fue Ana Luján, estrella femenina de ‘Pinoxxio’ y Mejor Bailarina Principal este año: “Por nosotros y por quienes vienen detrás, la nueva generación. La herencia del puto PP es cruda, pero tenemos dos años”. Su compañero masculino de obra y premio, Toni Aparisi, fue más práctico y agradeció a la gente que le da trabajo porque “sólo de bailar no se puede”. Los responsables de Ananda dansa, que organizó ‘Pinoxxio’, destacaron que sólo quisieron hacer un montaje sobre la educación en tolerancia, justo lo contrario de lo que se ve en muchos otros lugares.