Tusquets ha publicado la nueva entrega de la larga serie del Comisario Kostas Jaritos, la gran creación personal de Petros Márkaris, el maestro helénico del género negro, un testigo crítico y descarnado de la crisis económica que casi arranca del mundo a su país.

IMÁGENES: Tusquets

El género negro siempre ha tenido una carga social muy crítica, que quizás no nació con sus orígenes, sino más bien con la novela negra americana. Leer a Raymond Chandler y Dashiell Hammet, por poner dos ejemplos, es conocer aquella Norteamérica de Entreguerras, preparada para dar el salto hacia superpotencia, con todas sus esquinas en sombra. La novela negra europea también ha sido en parte radiografía social, en parte discurso psicológico. Escandinavia, Francia, Italia o España han sido auténticas minas de oro literarias para el género, donde el trasfondo social siempre contó, y mucho. Basta leer a Vázquez Montalbán para darse cuenta. Pero ese puño en el rostro alcanza cotas mucho más altas en el griego Petros Márkaris, hijo de un tiempo pasado (proviene de la minoría cristiana armenia de Estambul) y padre literario del comisario Kostas Jaritos, un policía cínico, escéptico, obstinado y con una fuerza personal inmensa, la misma del irregular pueblo griego. Es de esta parte de la obra de Márkaris de la que vamos a hablar, dejando su trabajo como dramaturgo, guionista y ensayista a un lado.

Jaritos es el espejo en el que se refleja la Grecia del siglo XXI, un ejemplo de todo lo que podía salir mal en la Unión Europea y la zona euro. Y que salió peor. Un país anárquico y pasional, pero también con una historia muy larga y mucha experiencia en sobrevivir a todo tipo de desastres. Ese mismo tesón se proyecta en la forma de salir adelante en medio de una crisis que tiene muchos culpables: los mercados, el empresariado griego (famoso por los trapicheos), el Estado griego (ídem) y los intereses especulativos de unos y otros. Todos culpables, y la misma víctima del asesinato social, el pueblo heleno, en parte también cómplice por usos y costumbres que se pueden ver en la serie de novelas de Márkaris. La nueva novela, publicada a finales de febrero, ‘Offshore’, es un buen ejemplo, con Karitos de nuevo deambulando por una Atenas corroída por las ansias internacionales y el crimen nacional, un mundo a medio camino entre Europa y Oriente.

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Petros Márkaris 

En una Grecia que, misteriosamente, empieza a experimentar una gran recuperación económica, un funcionario de la Secretaría de Estado de Turismo aparece muerto en su casa, atado a una silla y con un tiro en la cabeza. Todo apunta a un robo que se torció, pero el comisario Jaritos no descarta nada, desde un ajuste de cuentas a algo más turbio, un mundo y unas sospechas de las que ya tiene experiencia. Por desgracia. La novela sigue a Jaritos en su investigación, que le lleva a descubrir que la víctima estaba ligada a tráficos ilegales; los agentes detienen a dos inmigrantes que, acusados del asesinato, confiesan que, efectivamente, intentaron perpetrar un robo. El nuevo subdirector general presiona a Jaritos para que cierre el caso. Y entonces se produce un nuevo asesinato: un famoso armador griego. El policía debe entonces dar un paso al lado e investigar también por su cuenta, en vista de que el poder va por otros derroteros. Pondrá en riesgo su trabajo, su vida “oficial” y todo lo que tiene para poder encontrar la verdad sobre esa “nueva Grecia”, que apenas se distingue de la antigua salvo por la influencia del exterior en ella.

Jaritos cumple una función esencial en las novelas negras de Márkaris, su gran éxito comercial y popular fuera de Grecia. Aunque también dentro. No hay autor de género que no tenga esa proyección (policía, detective e incluso criminal) sobre el papel, Jaritos es algo más, es el alma “encabronada” de un país llevado al límite, capaz de polarizarse y de romperse como pocos en la última década europea. La crisis como lienzo sobre el que pintar, los pobres y las víctimas de abajo, no los forjadores del trapicheo, el escaqueo fiscal y los fraudes que convirtieron a Grecia en un pozo sin fondo. Esa culpa económica compartida dentro y fuera de la sociedad griega. Porque una hecatombe socioeconómica como la que sacudió (y sacude) a Grecia no puede provenir de un solo sitio. Jaritos es escéptico hasta el límite, consciente de que esas culpas se expanden y son compartidas. Es cínico, y lleno de experiencia. Es perfecto para ese retrato a varios niveles con el que Márkaris se ha convertido en la estrella del género fuera de los circuitos habituales (Escandinavia, Francia, Centroeuropa…). Que incluso tiene su otro espejo en Turquía, Murat, personaje propio y socio de Jaritos en el país vecino/rival.

Offshore (para portada repo)

Márkaris siempre ha contado que no creó a Jaritos deliberadamente, sino que fue una consecuencia crítica de la realidad que veía. Define al personaje como un crítico germanizado, al estilo de las creaciones de Brecht, producto de su forja como guionista de género negro en la TV (‘Anatomía de un crimen’) y de esa situación nacional. Es curioso porque en el país la policía siempre ha arrastrado fama de ser el ala más conservadora del poder, con cierto aire de “fascismo” alimentado por la militancia izquierdista griega, muy virulenta y activa en ocasiones. Pero como él mismo aseguraba en una entrevista, “los policías en el fondo tienen los mismos sueños de pequeño burgués que sueñan con que sus hijos sean doctores o abogados”, es decir, que salgan adelante y progresen socialmente. Esos sueños alimentaron incluso la historia familiar de Jaritos, que se desvive por esa familia que es el contrapeso a la negrura generalizada. Por eso su comisario Jaritos es un cínico consecuente con lo que observa. A ese personaje lo pone en el contexto griego de actualidad, y la combinación fue un éxito total.

Ejemplos. En el libro de relatos ‘La muerte de Ulises’ Márkaris unifica el cine, la literatura, las atrocidades de los nazis en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial y el ir y venir entre dos naciones tan vecinas y socias como rivales, Grecia y Turquía, ésta última representada pro el mencionado investigador Murat de la policía turca. Ulises es un anciano que quiere ser enterrado allí donde nació, Estambul, su “verdadera patria”, una excusa perfecta para narrar la expulsión de los griegos de la ciudad que habitaron durante más de mil años y que ellos mismos fundaron en la Antigüedad. En el transcurso de esa migración final se enfrentará al protofascismo turco de los Lobos Grises, que rechazan a todo emigrado. En otros relatos un director de cine y un escritor son las víctimas de los delitos que tendrán que investigar Jaritos y Murat, que seguirán incluso hasta los emigrantes griegos en Alemania.

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En otro libro como ‘Liquidación final’ el comisario Jaritos persigue a un asesino de evasores fiscales en el punto álgido de la crisis griega, algo muy típico del país. Si en España nos quejamos de los vericuetos de empresas y millonarios para evitar pagar impuestos, en Grecia ya es un arte de cotas de inmoralidad supinas. Por eso el pueblo no parece tener problemas con un asesino de evasores. El justiciero es aplaudido por la ciudadanía mientras Jaritos le persigue, espoleado por sus jefes, que le congelan el sueldo y asiste, impotente, a cómo su hija Katerina se plantea la emigración como solución laboral. Y en una de las novelas iniciáticas de la serie, ‘El accionista mayoritario’, se fusionan el terrorismo internacional y el negocio de la imagen. El barco en el que su hija viajaba a Creta, donde se disponía a disfrutar de unas breves vacaciones con su novio, acaba de ser asaltado por un comando terrorista que no da pistas sobre su origen ni revela lo que quiere. Pero a Jaritos le ordenan investigar el asesinato de un modelo publicitario, por lo que Jaritos tendrá que mantenerse entre el miedo familiar y la obligación oficial, un rastro de esa obsesión de Márkaris por la dimensión personal del investigador que más impacto ha tenido en los últimos años.

La mayor parte de la obra de Márkaris está publicada en Tusquets, en castellano y catalán, y en diversas versiones. Incluso tiene su propio apartado, la Serie Kostas Jaritos, en honor al comisario a la sombra de una Acrópolis envejecida y ruinosa que, casi como una metáfora, refleja lo que hoy es Grecia. Aunque puede que todavía tenga futuro. Al menos si aprende algo de lo que Márkaris refleja a través de sus obras.

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¿Quién es Petros Márkaris?

Petros Márkaris es una muestra viva de lo que representa ser griego en el siglo XX. No sólo por ser la voz crítica de la crisis económica que casi logra destruir Grecia, sino por su propio origen: nació en Estambul en 1937, es, por así decirlo, un ave fénix y un superviviente de otro tiempo, el de la comunidad helénica de la vieja Constantinopla, uno de los últimos de un mundo que cayó definitivamente años antes cuando los griegos fueron expulsados de la que fue, durante siglos, su capital imperial. Además durante muchos años fue parte de la minoría a la que pertenecía su padre, la armenia (su madre sí era griega); no consiguió la ciudadanía helénica hasta 1974, cuando el final de la dictadura de los Coroneles reordenó Grecia y supuso el regreso a la democracia. Márkaris tuvo una formación especial: estudió en un centro austriaco de la ciudad, para luego formarse en Económicas en Grecia, Turquía, Alemania y Austria, para luego ser traductor de alemán. Así entró en contacto con la literatura alemana, la cual conoce al dedillo: son célebres sus traducciones de Bertolt Brecht y Goethe.

Pero su carrera literaria empezó en 1965 con ‘Historia de Ali Retzos’, una obra de teatro. En su carrera, más conocida por la novela negra, en realidad es múltiple: traductor, dramaturgo, guionista de cine (para Theo Angelopoulos sobre todo) y de TV (como en la serie ‘Anatomía de un crimen’)… y género negro casi perfecto, adaptado a la realidad social griega, como mandan los cánones. Su alter ego es, cómo no, un inspector de policía, Kostas Jaritos, con novelas como ‘Noticias de la noche’, ‘Defensa cerrada’, ‘Suicidio perfecto’, ‘El accionista mayoritario’, ‘Muerte en Estambul’, ‘Con el agua al cuello’, ‘Liquidación final’, ‘Pan, educación, libertad’, ‘Hasta aquí hemos llegado’ y el libro de relatos de la misma serie, ‘La muerte de Ulises’. También ha publicado el ensayo ‘La espada de Damocles’. Fue Medalla Goethe en 2013 y Premio Pepe Carvalho en 2012.

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Bibliografía de Márkaris en Tusquets

 Offshore (2017)

La muerte de Ulises (2016)

Hasta aquí hemos llegado (2015)

Pan, educación, libertad (2013)

Liquidación final (2012)

La espada de Damocles (2012)

Con el agua al cuello (2012)

La espada de Damocles (2012)

Suicidio perfecto (2012)

Con el agua al cuello (2011)

Muerte en Estambul (2009)

Defensa cerrada (2008)

Noticias de la noche (2008)

El accionista mayoritario (2008)