Intel desarrolla el sistema de transmisión de datos Thunderbolt y es el penúltimo paso antes de saltar a la Thunderbolt, que sustituye al USB tradicional en Apple la transmisión inalámbrica

Una vez más, ha sido Apple (ya veremos si después es tan fiera y revo­lucionaria) la que ha dado el primer paso para decir adiós al USB. Ahora que hasta los móviles tenían sus puertos USB, que todo el mundo se había acostumbrado, nace otro sistema que en realidad es un puente: entre los cables de siempre, el soporte físico de transmisión de datos, y el futuro inalámbrico y sin cables. Lo que el Wifi ha unido, que no lo separe el hombre anticua­do. Pero mientras se solucionan esos proble­millas (toda transmisión inalámbrica se enfrentará siempre a otras ondas que puedan cortar la señal o directamente a fallos que no presenta un cable) de cara al consumidor, aparece Thun­derbolt.

El invento es de Intel, nueva aliada firme de Apple para algo más que los proce­sadores, y que ha ido directa­mente a los nuevos MacBook Pro de la manzana de San Francisco. Thunderbolt es un sistema multiprotocolo capaz de transmitir datos y energía a gran velocidad. Dos en uno. El USB ya lo hacía, pero sólo con determinado tipo de periféricos. Otro dato más: el USB se ha quedado “lento”, aunque ya está en marcha en EEUU la instalación del USB 3.0. Thunderbolt hace lo mismo, cierto, pero a 3 gigas por segundo de velocidad: el ordenador que usted está usando ahora mismo, con el universalmente acoplado USB 2.0, intercambia datos a 480 megas por segundo. Es decir, un Ferrari frente a un Skoda. Tal cual. Y en un mundo donde la potencia es vital, donde el lema olímpico de “más alto, más lejos, más fuerte” es ley de vida, ser más rápido es una ventaja a tener en cuenta.

Mucho más que rápi­do, ya que el nuevo sistema permite acelerones conside­rables. Lo de los tres gigas por segundo (hagamos un cálcu­lo: eso es la discografía entera de Bob Dylan, en mp3, en dos segundos como mucho). El nuevo sistema de conexión de Intel es capaz de trans­ferir hasta 10 Gbps a través de dos canales simultáneos, esto es, que puede enviar y recibir datos a la vez, lo que le da una ventaja fundamental frente al unidireccional USB, además de conectar varios dispositivos en cadena. Al ser multiprotocolo no está limitado exclusivamente a un tipo de función. Por ejemplo, en el caso de Apple el mismo puerto Thunderbolt es tam­bién la conexión de pantalla. Se podría conectar el ordena­dor a un disco duro externo y este a su vez a un monitor y la propia conexión sería capaz de dirigir los datos hacia el periférico concreto.

Como guinda del pastel, Thunderbolt permite transmitir hasta 10 vatios para alimentación de dispo­sitivos: es el mejor ayudan­te para el usuario. La idea original de Intel era utilizar fibra óptica para la transmi­sión de datos, otra frontera futura que debería ser proba­da y traspasada no más tarde de 2015 y generalidad para pocos años después. Dentro de la compañía, Thunderbolt es el primer paso en el pro­yecto conocido como Light Peak, pero por ahora sigue funcionando con cobre, lo que perpetúa la dependencia de soportes metálicos con todas las limitaciones que eso supone. A lo mejor Thunder­bolt acaba convirtiéndose, de verdad, en el último cable que usaremos antes de que todo pase a ser inalámbrico pero por ahora esto es sólo un pequeño primer paso que en cuestión de varios años podría generalizarse, un sistema puente que gracias a su bidireccionalidad y mayor velocidad termine por ser otra distinción de fábrica de Apple y de cualquier otro que se alíe con Intel.

Y las baterías

En el paso intermedio estarán otra de las puyas de los ordenadores y demás sistemas: si no es la transmisión por USB, ahora también será el tema de la autonomía, que daría para otro reportaje futuro. De momento el margen de maniobra es de 7 a 10 horas para Apple, 14 para Sony y unas brutales 30 horas para Lenovo, siempre y cuando exista ese alimentador externo de su sistema. El T420s de esta marca consigue estar más de un día entera lejos de los enchufes, pero con esa ayudita de un buen amigo en forma de batería perifé­rica. Mientras las baterías sigan siendo de litio, va a ser complicado superar estas marcas. Es el siguiente paso de empresas como Intel, pero también de Apple, de IBM y del resto de compañías.