Nokia y Microsoft lanzaron a principios de año los Lumia con la mira de disparo puesta en el iPhone de Apple: lo que sea contra “el tirano”.
Es la guerra, completa y total: Nokia lleva casi una década languideciendo bajo el paso de oca arrollador de Apple, Samsung y los nuevos HTC, con el sistema Android arrasando sus expectativas de ventas. La compañía finlandesa, hasta hace nada símbolo del buen hacer tecnológico y un espejo en el que se miraba toda Europa, ha visto cómo perdía el control de los smartphones. En su día tuvo el primero de los teléfonos táctiles e inteligentes, pero decidió no producirlo porque era demasiado caro y no veía que la gente realmente lo necesitara. Entonces llegó Steve Jobs, se puso la máscara de Darth Vader y se acabó la gloria de Nokia. El más inteligente de los usuarios sabe que Nokia hace los mejores teléfonos del mundo, y cuando decimos teléfonos nos referimos a los normales de teclas con botón para llamar, mandar mensajes y alguna que otra cosa más. Pero de lo otro no ha dado muchas muestras de saber-hacer, continuamente derrotada por Apple, y luego por las foráneas Samsung, HTC o LG.
Eso fue hasta este octubre pasado, cuando en su Nokia World, el gran congreso corporativo, presentó los nuevos Lumia 710 y 800, los primeros que llegan con la alianza de Microsoft. Todo listo para la guerra a tumba abierta contra el iPhone: nuevo sistema operativo puesto por el mayor rival de la manzana, Microsoft, nuevo diseño y nuevos bríos. La idea es que el OS de Apple pierda la guerra contra el Windows Phone 7. Será también la primera vez que Helsinki le dé la mano a Silicon Valley, fundamental una vez que quedó demostrado que los europeos no eran capaces de competir contra la mezcla de diseño, marketing y eficiencia que salía de Palo Alto (California). Pero también es un combate contra los novatos de HTC y su sistema Android, que ya le muerde los talones al iPhone y continúa creciendo. Así que la guerra gana un nuevo aspirante a la victoria, pero habrá que ver si funciona o no. Por partes.

Los Lumia 800 y 710 presentan una serie de funcionalidades nuevas, especialmente pensadas para alimentar las redes sociales. El Nokia Lumia 800 es el terminal más directo con internet, donde el diseño vale tanto como la potencia. El 710, en cambio, es más “serio”, por usar una palabra comprensible, un smartphone mucho más funcional y menos vinculado con la vía Apple. Más clásico, queremos decir. El estreno de los dos dispositivos supone un momento histórico para la compañía, y su consejero delegado, Stephen Elop, aseguró durante el congreso que “es sólo el principio de una nueva aventura para Nokia. Hoy es la continuación de la excelencia y la determinación”. Palabras grandes para una apuesta que, de salir mal, podría dar al traste con esa tercera vía. A su favor está el software Windows y la posibilidad real de que el teléfono se adhiera a la línea de los PC, aunque éstos también se baten en retirada ante el aumento de ventas de las tabletas. Y ambas compañías se juegan mucho: Microsoft sabe que podría ser su última posibilidad también para seguir dentro del negocio de los móviles, que es la verdadera mina de oro de nuestro tiempo.
La nueva generación de Nokia viene con añadidos en forma de aplicaciones no compatibles: Nokia Música con MixRadio, Nokia Drive, Nokia Mapas, Xbox Live y Outlook Mobiles. Traducción: el software de Windows incrustado en los Nokia, adaptado para que la compañía construya su propia plataforma, muy al estilo de la “experiencia Apple”, donde todo es sólo de Apple y nada más que de la manzana. La marca finlandesa no ha buscado ser más compatible, sino más exclusiva, al menos desde su posición de móvil, mientras que por otro lado conecta con todo el universo Microsoft con su alianza con el Windows Phone. Será cuestión de esperar y ver.

El Lumia 710, más clásico y abierto
El 710 es el segundo smartphone con Windows Phone; es mucho más práctico, empezando por las carcasas personalizables, muy diferente de las tres únicas opciones del 800. Lleva también el sistema 7.5, el Mango, con pantalla táctil, 119 milímetros de ancho, 12,5 milímetros de grosor y un peso de 125,5 gramos. El Lumia 710 cuenta con el mismo procesador que su compañero de 1,4 GHz, 512 MB de memoria y 8 GB de memoria interna, la mitad que el Lumia 800, y la misma cobertura HSDPA y HSUPA que el anterior. También incluye una cámara algo inferior que su compañero de presentación, con 5 megapíxeles con flash LED y autoenfoque. Se parece más a los anteriores Nokia, pero de lejos recuerda también a los iPhone, aunque sólo sea por la forma. El precio es mucho más asequible: 270 euros, previsto para este mes de noviembre.

El “Nokia social”, el Lumia 800
El Lumia 800 funciona con Windows Phone 7.5, Mango; es completamente liso, sin botones físicos, extraplano y más fino que sus competidores. Sus colores serán el negro, cyan y magenta, un guiño visual a los adolescentes, masivos clientes de las redes sociales para los que está preparado el 800. Tiene una pantalla táctil capacitiva AMOLED Clear, un peso de 142 gramos, 116,5 milímetros de alto y un grosor de 12,1 milímetros. El procesador es un Qualcomm Snapdragon de 1,4 Ghz, una memoria de 512 MB y una memoria interna de 16GB, velocidad HSDPA de 14,4 Mbps y HSUPA de 5,75 megas por segundo. Más: cada terminal tendrá unos 25 gigas de memorias en SkyDrive, la nube de memoria desarrollada por ambas compañías. La cámara es la típica de Nokia, una Carl Zeiss de 8 megapíxeles y con vídeo HD. Funcionalmente el 800 es un aglutinador nato, ya que agrupa todos los contactos del teléfono con las redes, los programas y el navegador, el potente Explorer 9, preparado para el Html 5. En apenas un par de toques el usuario conecta sus contenidos con Facebook, Twitter, Linkedin, los SMS y los chats. Ahora viene la menos interesante de las noticias: costará unos 420 euros. En España llegará este mes.
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