La octava edición del Fàcyl finaliza mañana domingo con Emir Kusturica y The No Smoking Orchestra en la Plaza Mayor. Del cine a la música para el final de un festival minimizado.

Este concierto (22.30 horas) supondrá el comienzo de una breve gira de Kusturica y su formación por España, con todo lo que caracteriza al director, escritor y músico balcánico, aquel que dijo que era ciudadano de un país que no existía llamado Yugoslavia. Kusturica entró en 1986 en la formación, y ha creado parte de las bandas sonoras de sus películas como ‘Gato negro, gato blanco’. En el grupo se funden de forma rotunda el folk de los Balcanes con el jazz, el ska, el punk o ritmos clásicos como la polca.

The No Smoking Orchestra es una banda con más de veinte años de trayectoria creada por el cantante y showman Nelle Karajlic y cuyos componentes son en su totalidad de la antigua Yugoslavia. En la actualidad, su cabeza visible es el realizador cinematográfico Emir Kusturica, autor de filmes como ‘Gato negro, gato blanco’, ‘Underground’ o ‘Tiempo de gitanos’ incorporado a la formación en 1986. Entre los discos más destacados del grupo se pueden citar ‘Gato negro, gato blanco’ (1998), ‘Unza unza time’ (2000), ‘La vida es un milagro’ (2004) o ‘Tiempo de gitanos’ (2007), además del recopiltario con una selección de los mejores temas editado en 2009.

La programación de sala de FÀCYL finalizará con un programa doble de danza integrado por dos solos que podrán verse en el Teatro Liceo a las 20 y 21.40 horas. Estas piezas son ‘Out of time’, de Colin Dunne y ‘It´s going to get worse and worse and worse, my friend’, de Lisbeth Gruwez / Voetvolk, dos propuestas que ofrecen diferentes perspectivas artísticas pero que al mismo tiempo son ejemplo de exploración y de las nuevas tendencias en la danza contemporánea.

La jornada final de Fàcyl contará con la ejecución de la coreografía urbana ‘Bal Moderne’, de la compañía belga Arenal Vzw. Esta propuesta será un encuentro multitudinario, en la que decenas de personas bailarán juntas y sincronizadas. El montaje, de esta forma, se convertirá en una gran fiesta de música y movimiento, en la que todas las personas interesadas podrán participar y al mismo tiempo disfrutar del optimismo contagioso que transmite Arenal Vzw.