Europa dice adiós al legado de Kafka: un tribunal israelí dictaminó, después de un abultado y larguísimo proceso legal, que los manuscritos de Kafka en poder privado sean entregados a la Biblioteca Nacional de Israel.

Esto supone que los textos originales, en posesión, pasan a Israel y Europa pierde la oportunidad de atesorar la obra íntima de uno de los mayores representantes de la modernidad europea. Eso incluye el diario del escritor y ensayista. El argumento es que el legado de Kafka pasó originalmente a Max Brod, su amigo; a la muerte de éste todo su patrimonio fue donado, por testamento, a la Biblioteca Nacional de Israel. Sin embargo la secretaria de Brod, Ester Hoffe, se lo quedó porque, siempre según ella, se lo había regalado personalmente. El tribunal estipula ahora que eso es falso y que debe entregarse.

La sentencia del Tribunal de Familia del Distrito de Tel Aviv, sin embargo, podría no ser definitiva, puesto que los abogados de la única hermana viva, Eva, han anunciado que recurrirán el veredicto. Las hermanas han llegado en otras ocasiones hasta el Tribunal Supremo para evitar la entrega, que son de un alto valor cultural y económico. En en legado de Brod había decenas de miles de páginas, que incluían correspondencia tanto de Kafka como de Brod con otros escritores y filósofos clave de la época, en su mayor parte judíos europeos como Stefan Zweig y Shin Shalom.

El Estado reclamará ahora a Eva Hoffe la entrega de los manuscritos, algunos de los cuales se encuentran en cinco cajas fuertes que, tras otro complicado proceso judicial, fueron abiertas hace más de un año. Además, el Tribunal ha ordenado a Hoffe y a los herederos de Wiesler a pagar las cosas del juicio y de la ejecución de la herencia de Brod, por un importe de alrededor de 20.000 euros.