A medida que cambian las condiciones para la industria cultural también evolucionan las formas para las artes; un buen ejemplo es Nakadaska en Barcelona. 

 

La obra de teatro experimental ‘Inmerso: agua y sombras’ es el primer proyecto de Nakadaska, montaje en el que sus cincos miembros asumieron los roles de creación, dirección y actuación al mismo tiempo, un montaje primerizo en el que se mezclan muchos referentes, desde Samuel Beckett y su utilización de los espacios al videocreador Bill Viola y la “hiperralentización” de las escenas cotidianas, creando una quietud que puede servir tanto para calmar como para atemorizar. La obra se estrenó el pasado 2 de marzo en la sala Porta4 (Plaza Virreina, Barrio de Gracia, Barcelona) y tiene preparadas otras tres funciones más los días 9, 16 y 23 de marzo (22.30 horas – 10 euros). El grupo recibe el apoyo de la Universidad Pompeu Fabra y la Nau Ivanow de Barcelona, donde es colectivo residente.

Nakadaska se define como “un colectivo artístico experimental que cree en la fuerza de las emociones. Realizamos proyectos escénicos y audiovisuales que buscan despertar la sensibilidad y abrir una puerta a la reflexión sobre el individuo y su relación con la comunidad. No sólo hacemos Arte, sino que queremos poner en marcha una pequeña revolución para reivindicar la necesidad de sentir, pensar y actuar”. Está formado por Clàudia Bolumar Liz, Ariadna Matamoros Páramo, Adrián Pino Olivera, Pedro Rothstein Pérez y Maria Sanmartí Astor.

A principios de octubre de 2010, a raíz de una convocatoria online, se forma un grupo joven que opta por poner en marcha un proyecto multidisciplinar en Barcelona, experimentar con el arte y sin cerrarse puertas: teatro, audiovisuales, fotografía o performance. De ahí surge Nakadaska, que “de manera autodidacta, exploran la naturaleza sensible del hombre y la plasman en diversos soportes empleando una puesta en escena sencilla”. La obra de teatro “inmerso: agua y sombras” representa una síntesis de todo el trabajo realizado hasta entonces.

Una de las principales características de este colectivo es la relación reflexiva con el público. Al final de cada función se llevan a cabo unos coloquios en los que se invita al público a dar su opinión sobre el tema abordado por la obra; pero no sólo ellos, sino que se extiende la interacción con coloquios con los espectadores, espacio web con artículos de opinión, entrevistas a profesionales, etc. Esta vinculación lleva a Nakadaska a dar el siguiente paso: la denuncia de problemáticas sociales, que “se refleja en performances más recientes como “eco” o “fisura”, con el compromiso por una sociedad más libre y democrática”.

 

SINOPSIS. ‘Inmerso: agua y sombras’  trata sobre el miedo, entendiéndolo como una emoción polifacética y universal. En un espacio casi vacío, se muestran cinco escenas, cada una protagonizada por un individuo. Éstos se enfrentan a diferentes miedos del hombre, como el miedo a la soledad o a la revelación de la auténtica identidad. Los individuos intentan esconderlos para no sufrir, pero fracasan en el intento. Durante la travesía comparten escenario con sus “sombras”, encarnación de sus deseos y frustraciones. En “inmerso: agua y sombras” se sumerge al público en un viaje emocional por la vulnerabilidad humana.

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