Joe Cocker, la voz rota, de lija, que se hiciera famosa para todo el mundo desde Woodstock en 1968, ha fallecido a los 70 años de edad.
Un cáncer de pulmón que todavía le dejó trabajar incluso hasta el año pasado, cuando dio su último concierto en Reino Unido, ha dejado fuera del mundo a uno de los pocos blancos que supo reinar en la música soul. Nacido en Sheffield (Gran Bretaña), de una familia obrera sin demasiado futuro, John Robert Cocker se pasó a la música en una época en la que los Beatles y los Rolling Stones basaban parte de su encanto en la estética y la imagen. Cocker en cambio tenía una terrible energía sobre el escenario, una voz inigualable y un fino olfato musical.
A principios de los 60 ya era conocido en Reino Unido con su banda, Avengers, con la que se hizo un hueco gracias a las muchas versiones que hacía de los éxitos de aquella época. Eso incluyó a los Beatles, de los que hizo decenas de versiones que tocaba en conciertos. En 1963 lograron ser teloneros de los Stones, pero no sería hasta iniciar su carrera en solitario cuando lograría llegar un poco más lejos. Firmó contratos, se hundió en todo el mundo bohemio de la música y empezó la primera de sus maratones hacia el alcohol y las drogas. A fin de cuentas no desentonaba con el resto de los artistas de la época.

Las tres edades de Cocker: desde los 60 a la actualidad
En 1968 llegaría su gran momento, cuando se subió al escenario del festival de Woodstock para hacer lo que mejor sabía: versionar. Escogió ‘With a little help of my friends’, de los Beatles, y pasó a la Historia. Terminó grabado en la película del festival y su estilo se hizo mundial. No bailaba, se retorcía, y aquella voz que nunca terminaba de aclararse pero que transmitía una emoción infinita, se convirtió en el santo y seña de su perfil público. Tan buena que los Beatles le felicitaron, el mismo gesto que hiciera Dylan con Hendrix con su ‘All along de watchwoter’. A partir de ahí llegaría una carrera con cerca de 20 discos y muchos éxitos.
En los años 70 alcanzaría fama y fortuna, pero no sería hasta los años 80 cuando llegaran los grandes éxitos comerciales. Muchos de ellos ligados a las bandas sonoras. Hay tres que probablemente recuerden: ‘You can leave your hat on’ para ‘Nueve semanas y media’ (otra versión más, ya que el original es de Randy Newman), ‘Up where I belong’ (junto con Jenniver Warnes) para ‘Oficial y caballero’ y por la que ganaría un Oscar. Y Por último, más reciente, ‘Summer in the city’ para la tercera parte de ‘Jungla de Cristal’. Fue en ese momento cuando más lejos llegó su éxito, convertido ya en un mito musical que apenas había cambiado su estilo. Fue de los primeros en ser músico invitado en las primeras temporadas antológicas del ‘Saturday Night Live’ y dejó para la historia canciones como ‘Unchain my heart’ o ‘You are so beautiful’.
Terminó por marcharse a vivir a EEUU, convertido ya en parte del star-system. Tuvo como referentes a los grandes de la música negra, como Sam Cooke, Aretha Franklin o Ray Charles, bebió del soul y exprimió al máximo su potencial. Sobre todo con el cine, con el que estableció los lazos mencionados y que se convirtió en su trampolín. Por el camino quedaron grandes hundimientos, como el de 1972, cuando cayó por culpa de las drogas y el alcohol después de una maratón de 57 días con 65 conciertos. Se retiró y durante diez años se mantuvo alejado de la música para recuperarse. Al volver iniciaría su otra carrera, más abierta, más comercial y directa hacia las bandas sonoras, que usó de plataforma para sus discos.

