Perú sigue dando sorpresas a la arqueología: en el sur de Perú, en el delta del río Tambo, ha aparecido una nueva cultura precolombina hasta ahora desconocida.
Un equipo de arqueólogo liderado por profesionales de la Universidad de Wroclaw (Polonia) junto con colaboradores colombianos y peruanos ha hallado una necrópolis con 150 tumbas pertenecientes a una cultura precolombina hasta ahora desconocida en Perú, y que pertenece a la zona árida de Atacama. El hallazgo ha sido datado entre los siglos IV y VII después de Cristo, y demuestra que la zona norte de Atacama fue habitada antes incluso de las primeras expansiones posteriores conocidas como la de la civilización Tiwanaku.
Es la misma zona en la que existió la civilización mencionada, la Tiwanaku, justo sobre los restos de la descubierta ahora, pero a partir del siglo VII. Es decir, que la necrópolis pertenece a una cultura inmediatamente anterior a las tumbas Tiwanaku, que también existen allí y que presentan tumbas de piedra, armas, herramientas y recipientes de cerámica. Las tumbas de la nueva cultura son mucho más primitivas y simples, pero con elementos decorativos que permiten comprender que había ya una división social entre oligarquía y el resto de miembros de la sociedad.
Muy distintas, por cierto, a las de la nueva cultura. Según el profesor J. Szykuski, líder del proyecto, las tumbas se cavaron en la arena compactada sin tener estructuras adicionales de piedra más evolucionadas, por lo que se trataría de una cultura supuestamente algo menos desarrollada. Sin embargo esto ha resultado ser una ventaja a largo plazo: al no haber excesivos datos sobre el enterramiento, y el tiempo sepultarlo lentamente, no fueron pasto de los saqueadores de tumbas que sí han destrozado muchos yacimientos entre México y Chile. Otro factor es el altísimo grado de sequedad del desierto de Atacama (se calcula que es el lugar más seco de la Tierra), que ha permitió la momificación casi perfecta de los cadáveres y conservar casi intactos los enterramientos.
En los enterramientos hay elementos que son identificativos de las clases altas, como tocados de lana de un animal de la zona de la familia de los camélidos, además de cascos, armas (arcos y flechas con punta de obsidiana) lo que permite entender que era una necrópolis de las élites. Algunos objetos son de una gran trascendencia militar, como el caso de mazas de piedra que contaban con remates de cobre, con lo que permite entender que existió una casta militar en esta cultura lo suficientemente asentada como para representar un poder ineludible.
Pero también había otros rasgos de enterramientos más modestos, como esteras, redes de pescadores y sudarios de algodón, con lo que se entiende que otra parte de la necrópolis sería de gentes más comunes y donde quedaba claro que la pesca fluvial podía ser una de las formas de supervivencia económica. La orfebrería también debió de ser un punto fuerte de esta cultura, ya que se han encontrado joyas y tejidos con incrustaciones, con aleaciones metálicas que mezclaban oro y cobre, lo que da a entender que esta cultura no sólo dominaba artes de la guerra y la pesca, también con un refinamiento suficientemente grande como para desarrollar el arte al menos en sus fases más básicas y comunes a muchas otras culturas de todo el mundo (cerámica, joyería, ornamentación…).
Desierto de Atacama