El Guggenheim de Bilbao sigue con su teoría expositiva de mezclar épocas y contrastarlas para ver las líneas de conexión en el tiempo dentro de la historia del arte: ahora le toca al Barroco y el arte contemporáneo.
‘Barroco Exuberante: De Cattelan a Zurbarán – Manifiestos de la precariedad vital’ establece un diálogo entre obras del siglo XVII y creaciones contemporáneas al objeto de desvincular el concepto del Barroco de su percepción estética tradicional, distanciándose de clichés como la ornamentación, los ricos adornos y los dorados y poniendo énfasis en la “manifestación de una vitalidad precaria”. Para organizarla se han unido la Kunsthaus Zürich y el Guggenheim bilbaíno.
La muestra contrapone la obra de grandes artistas del siglo XVII como Pieter Aertsen, Giovanni Battista Langetti, Alessandro Magnasco, José de Ribera, Jan Steen, David Teniers El Joven, Simon Vouet o Francisco de Zurbarán, y la de creadores contemporáneos de la talla de Maurizio Cattelan, Robert Crumb, Urs Fischer, Glenn Brown, Tobias Madison, Paul McCarthy o Cindy Sherman, entre otros, tratando de evitar analogías temáticas y formales superficiales y presentado realidades diferentes, pero afines, que colisionan, se inspiran y se retroalimentan mutuamente, renovando la mirada del espectador.
Su objetivo es acercar un arte del que nos separan varios siglos al terreno común de lo comprensible, al mundo de las vivencias. A lo largo de la tercera planta del Museo se despliegan más de cien obras, cuya presentación está basada en técnicas de montaje cinematográfico, volviendo la vista hacia la historia desde una perspectiva contemporánea y explorando desde múltiples vertientes lo rústico, la grosería, la religiosidad y la sensualidad, lo grotesco, lo cómico y la virilidad, un abanico de temas habituales en el Barroco.
La exposición incluye préstamos procedentes de la Kunsthaus Zürich así como de los principales museos de arte antiguo de Europa como el Museo de Bellas Artes de Bilbao, El Museo del Prado, el Kunsthistorisches Museum de Viena o el Städel Museum de Frankfurt. Asimismo, cuenta con una serie de obras de gran valor procedentes de colecciones privadas.