Caravaggio fue un hombre violento en sus reacciones, justiciero, y con un permanente sentimiento de abandono, pero que tuvo una vida de novela y un final trágico. Así describe Andrew Graham-Dixon al pintor italiano, cuya vida y obra describe en el libro, ‘Caravaggio. Una vida sagrada y profana’ (Taurus).

Después de leer esta biografía no quedarán misterios sin resolver“, explica Graham-Dixon, que lleva más de 20 años escribiendo sobre arte en la prensa británica. Entre sus libros figura, A History of British Art y Renaissance. Su complejo carácter y la pérdida de sus progenitores y de todos los hombres de su familia cuando tan solo era un niño marcó la vida de Caravaggio, quien creció y vivió con un constante sentimiento de “abandono”. “Caravaggio llevará esa cicatriz toda su vida y se manifestará en su pintura”, ha dicho. Caravaggio cayó en gracia a mecenas, papas y cardenales pero “no soportaba ser aceptado” por el  establishment o la élite y siempre acaba estropeándolo.

Viajar no sólo por la vida de Caravaggio sino también por un mundo lleno de “códigos”, donde la lucha por conservar intacto el honor, era la clave de muchas reyertas. Es el objetivo de este libro, que sirve tanto de guía como de luz sobre un mito de la pintura que no deja de ser tan oscuro como lúcido, similar a su particular estilo que marcó época. Respecto a su muerte, el autor señala Caravaggio había vivido buena parte de su vida muy cerca de los márgenes de la sociedad, rodeado de gente pobre y humilde. “Los había pintado, representando historias bíblicas con sus rostros y sus cuerpos. Había pintado para ellos. Al final, murió entre ellos, y fue enterrado entre ellos, en una tumba anónima. Tenía treinta y ocho años”.