Coincidiendo con los 103 años de su creador, el Centro Niemeyer abrió sus puertas hace apenas 48 horas, un gran compendio de artes y educación destinado a iluminar el norte de España igual que lo hace el Museo Guggenheim. Una ciudad que lucha por reivindicarse y crecer de nuevo como Avilés, antaño de las más sucias y golpeadas por la reconversión industrial, ahora renace con este diseño del gran arquitecto brasileño Niemeyer.
Niemeyer ha dicho que el conjunto arquitectónico que se levanta con su firma -y que consta de un auditorio, de un espacio expositivo diáfano de 4.000 metros cuadrados y de una torre-mirador sobre la ría y la ciudad, entre otros elementos- le “agrada mucho” y se ha mostrado convencido de que “va a tener mucho éxito en España, porque ha sido muy bien construida por los españoles”.
La construcción de un complejo cultural en Avilés tiene, como principal objetivo, convertirse en un motor para la regeneración económica y urbanística en pleno proceso de transformación industrial. Y de paso también ser un faro cultural, una apuesta más ambiciosa todavía que el gran Centro Cultural construido en la antigua universidad laboral de Gijón. Ambas ciudades, Avilés-Gijón, crean así un eje cultural a tener en cuenta en el futuro.