Al final siempre hay que pagar por la cultura. Es como un bien más. Es correcto, moral y necesario, pero alrededor de algo tan sencillo como pagar por un producto hay mucho fariseo y muchos tópicos. Porque la gente sólo pagará el precio que considere justo y necesario, nunca más. Y para demostrarlo, Spotify ha publicado sus cifras de negocio con las discográficas, demostrando que el futuro de la música pasa ya por el streaming (reproducción online) y la descarga legal, no por los discos.

La plataforma Spotify pagó más de 100 millones de euros en 2010 a las discográficas de todo el mundo por ofrecer sus canciones en su catálogo, según su responsable en España, Lutz Emmerich, quien aseguró que son “la segunda fuente más importante de ingresos para la parte digital de las discográficas”. Asimismo la empresa afirmó que “gracias a Spotify” se ha reducido, sólo en su país de origen, Suecia, un 25% el número de descargas ilegales. “Spotify es una alternativa a la descarga irregular y, en este sentido, ofrecemos la posibilidad de ‘monetizar’ la escucha donde antes no había dinero”, ha insistido.

