Una española para variar. Y de género: ¡milagro! Con la dirección del colombiano Andrés Baiz, ayudado en el guión por el salmantino Hatem Khraiche Ruiz-Zorrilla (nominado al Goya al Mejor Corto por ‘Machu Picchu’), la historia es una versión actualizada de la larga lista de películas americanas de suspense que juegan con chicas o mujeres solitarias acosadas o acosadoras, perseguidas o encerradas. “Thriller psicológico”, lo llaman. Desde ‘Mujer blanca soltera busca’ son todo un subgénero dentro del más grande genero del thriller, y un buen refugio para las actrices de entre 20 y 40 años en tiempos de zozobra profesional. Hillary Swank ya tiene unas cuantas de este tipo. Aquí el turno español lo recoge Clara Lago, que ha crecido y tiene pinta de ser futura carne de reportajes de moda de ‘El País Semanal’. A su lado, Quim Gutiérrez, que deja el cine de autor de ‘Azul oscuro casi negro’ por algo más comercial. Toda la película orbita alrededor de los celos, un tema que desde el ‘Otello’ de Shakespeare nadie ha sido capaz de mejorar. Tal cual. Truco de la película: los espacios vacíos de cada casa. Ojo que puede darle ideas a mentes perdidas.
SINOPSIS: Adrián un maestro de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y su novia Belén parecen estar enamorados. Son felices. Pero cuando Belén empieza a dudar de su fidelidad, desaparece sin dejar rastro. Afligido, Adrián encuentra consuelo tanto en su música como en los brazos de una hermosa camarera, Fabiana. Pero a medida que la pasión entre ellos crece, las preguntas sobre la misteriosa desaparición de Belén comienzan a aflorar.