Por Luis Cadenas
No fue un cabaret como habían dicho. Unas horas más tarde de haber visto ‘The thrill of it all” termina uno dándose cuenta de que en realidad el teatro siempre, siempre, siempre, será mucho más que una apuesta por un tema. Después de varios días de Festival de las Artes en los que los grandes temas y las grandes palabras devoraban al ser humano y su propia humanidad, resulta que un grupo de ingleses revoltosos devuelven de un plumazo, en casi dos horas, todo lo que le había robado la trascendencia. Cuanto más cerca se está de la mística intelectual de la gente del teatro, más lejos del hombre, de la mujer (usada muchas veces como tema en sí misma y como excusa para el onanismo mental de según qué gente) y de lo que realmente es el teatro: una chispa. Y todo con la música de Sakamoto de fondo, casi como una broma más.

Forced Entertaiment consiguió esta misma noche de jueves en el Teatro Liceo devolverle al Festival de las Artes la fuerza de la comedia inteligente. Por algo Gran Bretaña, el país del que ha surgido esta gran compañía teatral, es la patria del humor, ese “humour” del que hacen gala incluso en los peores momentos imaginables. Ellos no gritan de dolor, ellos juzgan el porte del ataúd al bajar al hoyo igual que lo harían con un saque de esquina de Ryan Giggs o Frank Lampard. Un cabaret del humor y la comedia ácida, de guiños continuos al espectador, de silencios largos en los que hasta la postura derrengada de hombres y mujeres vestidos horteramente y con una actitud de lo más caótica está perfectamente medida.
El teatro más humano y menos trascendente, pero que al mismo tiempo hace una parodia del show Business como pocas veces se ha visto en el festival. Risas, muchas risas, aplausos, quizás una segunda parte demasiado lenta que le quitó el brío y la entrega del público en la primera mitad, cuando los diálogos surrealistas se sucedían y a mí me recordaba todo continuamente al Monty Phyton Flying Circus. Sólo por esa referencia indirecta en mi cabeza ya es más que suficiente para recomendar que quien lea esto busque en cualquier lugar de Europa la próxima representación de la obra. Merece la pena. Aunque sólo sea para sacudirse la trascendencia de encima.
Vídeo de la compañía para el estreno:

