Héctor Tizón, autor más de veinte novelas, ha muerto hoy a los 82 años en la norteña Jujuy, su provincia natal. Tizón destacó como escritor con obras como ‘La casa y el viento’, un libro fruto del desgarro que supuso para él el exilio y que escribió como un “último intento de no enmudecer para siempre”.
Aunque fue abogado, editor y periodista, las letras le arrastraron para siempre por el camino correcto del papel y la tinta. Nacido el 21 de octubre de 1929 en Yala, un pequeño pueblo de Jujuy, en el extremo norte de Argentina, la trayectoria del escritor también está atravesada por obras como ‘Fuego en Casabindo’, ‘Luz de las crueles provincias’ y ‘Extraño y pálido fulgor’. Tizón se exilió en 1976 y hasta 1982 vivió en España y, al final de esos años, sacó fuerzas de flaqueza y escribió La casa y el viento, “fruto de un acto de desesperación”, señaló en aquel reportaje.
En los años de exilio, este autor se sintió “realmente mal” y llegó a pensar que debería olvidarse de su país para siempre. Por presión de su familia empezó a acudir a un psicólogo, y durante los viajes entre su casa en las afueras de Madrid y la consulta en la capital tomaba las notas para su gran novela, ‘La casa y el viento’.
El autor, nombrado años atrás por el Gobierno francés Caballero de la Orden de las Artes y Las Letras, fue presentado en 2005 por la Fundación Konex como candidato al Nobel de Literatura. “Si un escritor vive pendiente de los premios, no puede escribir ni una línea y si se lo dan (el Nobel) es aún peor, porque entonces sí que no puede escribir en mucho tiempo”, señaló en ese momento el autor. Casado con la filóloga Flora Guzmán, Tizón recibió en 1996 el Premio Academia, entre otros reconocimientos a lo largo de una carrera ecléctica que no sólo estuvo signada por las letras. El autor fue además un diplomático vinculado a la opositora Unión Cívica Radical (UCR) y llegó a ser también juez de la Corte Suprema de la provincia de Jujuy.