Uno de los personajes clave del siglo XX, con una larga vida pero ya truncado políticamente, convertido en novela gráfica. El dibujante Reinhard Kleist no se adscribe a ninguno de los bandos que odian o aman a Castro, pero lo cierto es que su novela gráfica, de casi 300 páginas, recorre la vida del líder cubano, coge de título su propio apellido, ‘Castro’, y con una máxima personal: “Mi objetivo era informar acerca de la Revolución y de Castro: qué tipo de personaje era, de dónde venía y cómo se formó su carácter”. “Quería retratar a Castro y mostrar cómo se convirtió en el hombre que hay detrás de la barba y el uniforme. También intento describir la fuerza y belleza que hay en cada revolución, como hemos podido comprobar hace poco en los países árabes.
Los problemas se producen más tarde, cuando llega el momento de lidiar con el poder”, apostilla el autor. El personaje que hace de llave con Castro es Karl Mertens, un periodista europeo que lo conoce en 1958 y que se convierte casi en cronista de todo lo bueno y lo malo del proceso revolucionario y del sistema socialista posterior. ‘Castro’ no se para en barras a la hora de ahondar también en los excesos del poder, en confundir con crítica y alabanza a partes iguales, pero también por meterse de lleno en uno de los puntos negros de Fidel, sus tormentosas relaciones con las mujeres. La obra está disponible en todas las tiendas del país.