Viva la sátira: si Santiago Ramos ya arrasó con aquel ‘Noviembre’ que recordaba lo corruptos y necios que pueden llegar a ser los amos del mundo políticos, los nuevos emperadores, con ‘La fiesta de los jueces’ retoma el texto de Heinrich von Kleist (‘El cántaro roto’) para reírse del sistema judicial, una tortuga cada vez más lenta.

La obra está producida por la Compañía de Teatro El Cruce, cuyo director, Ernesto Caballero, reconstruye el texto original para brindárselo a una fiera del escenario como Santiago Ramos, capaz de dar vida al necio y al mezquino con igual talento. Aquí se descarnan las flaquezas de jueces y justicia, también aquejados de ese mal llamado corrupción.

La escenografía es tan brutal como el texto: despachos enterrados entre toneladas de casos sin resolver, papeleo, expedientes, informes… y un gran espejo que refleja a todos los jueces como en el cuento de ‘Blancanieves’. Vanidad, dinero y sed de poder, todo unido. Una ceremonia para acercarles a la sociedad no evitará que la respetable imagen de los jueces termine hecha trizas, al igual que el cántaro de la farsa de Kleist.

En su gira, para el mes de enero, incluyen el Auditorio Federico García Lorca (San Fernando de Henares, Madrid) el día 15, el Auditorio Ciudad de León el día 19, el Teatro Jovellanos (Gijón) el día 22