Tres editoriales españolas han reeditado para final de año las mejores sagas nórdicas, las islandesas: Siruela, Miraguano y Nórdica han recuperado para el público la veta literaria inmensa, mítica, de los nórdicos que colonizaron la isla volcánica, las llamadas “sagas”: la de Eirik el Rojo, de Nial, de Haldan Eysteinsson, la de Yngvar el Viajero…

Islandia fue la gran invitada en la Feria de Frankfurt este año, la mayor cita literaria y editorial del mundo. Allí demostraron que son un pueblo culto, civilizado, pequeño y con un estilo muy marcado y particular, forjado en la dura vida de la isla. Y gran parte de su patrimonio y su tesoro está hecho de tinta y papel. Son los siglos XII, XIII y XIV convertidos en los relatos de gente corriente, nada de nobles o hijos de los dioses como en los Edda de los pueblos germánicos. No hay un Beowulf ni un Sigfrido, sino gente corriente que en su mayoría eran marineros, aventureros, exiliados, repudiados que forjaban con astucia y valor sus grandes mitos. Son las historias de los mismos que colonizaron Islandia, las Orcadas, Groenlandia y la legendaria Vinland, es decir, Terranova y la península del Labrador. Además, las sagas se escribían en una prosa descriptiva muy elaborada, nada que ver con el verso poético de los mencionados Edda o los poemas germánicos mitológicos.