Otros que vuelven: Simple Minds publican en noviembre nuevo álbum, cinco años después del último y mucho más tiempo después de su reinado.
Los escoceses publicarán el 3 de noviembre el primer trabajo nuevo casi un lustro después. Se titulará ‘Big Music’ y sólo hay una fecha programada en España, el 9 de febrero en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid (entradas en Ticketmaster con precios de 34 a 50 euros). Estrenan además nuevo single de adelanto, ‘Honest town’, conscripto por la banda con Ian Cook de Chvrches. El mensaje final lo dio el jefe de Simple Minds hace un mes, Jim Kerr: “Nuevo álbum completo. Difícil de creer, pero después de 3 años de trabajo esporádico, hoy es el último día de grabación de nuestro nuevo álbum de Simple Minds. ¿Cómo nos sentimos? Bastante en reposo actualmente. También con ganas de llegar de inmediato a trabajar en el próximo!”.
Ahora bien, ¿quiénes eran los Simple Minds, qué peso tuvieron y por qué marcaron una década y siguieron adelante? Lo último es fácil de contestar: porque pueden y porque en los 80 y parte de los 90 crearon una fuerte comunidad de fans fieles que les permiten seguir con la maquinaria. Su época más fructífera y de éxito fue entre 1982 y finales de la década a la que ayudarían a dar sentido, y sobre todo, banda sonora. Su canción más memorable (por famosa) es ‘Don’t you (Forget about me)’, que seguro han escuchado muchas veces.
Simple Minds en la actualidad
Los que vivieran la infancia o la adolescencia en aquellos años la recordarán por ser la canción final de la película ‘The Breakfast Club’ (John Hughes), o como se la conoció en España, ‘El club de los cinco’. Si bien la canción ya era famosa antes de ser incluida. Sus miembros permanentes desde su formación en 1978 son Jim Kerr y Charlie Burchill, cantante y guitarrista de la banda, respectivamente y Mel Gaynor baterista que los acompaña desde 1982. A ellos se añaden Andy Gillespie y Ged Grimes.
Los Simple Minds arrancaron como muchas de las bandas que enhebraron la vida de las generaciones de los 80 y los 90. Es decir, en las postrimerías de los años 70. Su estilo también fue muy variable, desde un post-punk duro cuando el punk todavía no había muerto realmente, para luego variar hacia el pop new wave, llegar a la electrónica, el rock sinfónico y pasar a la Historia como una banda más de lo que los británicos, con bastante mala leche, llamaron “New Romantic”, lo que les ponía junto a Spandau Ballet. Más bien no. Su influencia en los años 80 sería vital, influirían a muchas otras formaciones de los 90 y todavía hoy es habitual verles dar conciertos por Reino Unido. Por ejemplo en Moby, Manic Street Preachers o Primal Scream.
Fueron también una de las bandas que más éxito tuvo en EEUU, la verdadera piedra de toque para casi todo lo salido de Gran Bretaña o Irlanda, ya que es su mercado natural más incluso que la Europa continental. Cosecharon números uno gracias a ‘Don’t You (Forget about me)’, pero también con ‘Alive & Kicking’, ‘Sanctify Yourself’, ‘Hypnotised’, ‘Promised you’, ‘A miracle’, ‘Waterfront’, ‘Belfast child’ o ‘Let there be love’. Sus mejores álbumes (casi todos número 1) fueron ‘New Gold Dream’ (1982), ‘Sparkle in the rain’ (1984), ‘Once upon a time’ (1985), ‘Live in the City of Light’ (1987) y ‘Street Fighting Years’ (1989). Han vendido cerca de 60 millones de discos. De las bandas con más éxito de la Historia, seis de sus álbumes fueron número 1, 22 singles llegaron al Top 20 y tienen 22 discos de platino.
Su historia es también la de muchos otros músicos: frente a unos inicios experimentales donde los críticos les halabaron por su atrevimiento y ambición artística, el éxito no llegó hasta que bajaron a la tierra el arte y lo hicieron más comercial. Lo que popularmente se llama “venderse”. Crearon canciones que fueron himnos, algo deliberado que buscaba precisamente a la gente común. Por si quieren un buen paralelismo piensen en los U2 de los 80 y parte de los 90. Justo ese sonido. En realidad es factible que Bono y compañía siguieran sus pasos o les imitaran.
Simple Minds en 1977, en sus primeros conciertos
En los 80, en pleno éxito mundial