El autor de Farenheit 451 y Crónicas marcianas falleció el martes en su casa de Los Angeles tras una larga enfermedad. Con su muerte, Estados Unidos pierde a uno de sus más grandes y famosos escritores, en gran parte responsable del imaginario colectivo que sobre siglo XXI se hizo el ser humano del siglo XX.
Sin duda alguna uno de los padres de la ciencia-ficción moderna, de los que supieron darle la vuelta en la posguerra para poder llegar más lejos en el género. Su nombre quedaría ligado al de otros maestros como Isaac Asimov y Philip K. Dick. Y a Marte, o a las distopías como ‘Farenheit 451’. Un gran maestro americano, otra voz que se pierde.
Nacido en Waukegan (Illinois) en 1920, Ray Bradbury supo desde muy joven que quería dedicarse a la literatura, una de sus grandes pasiones junto a la magia. Completamente autodidacta, el escritor aprendió de los grandes: William Shakespeare, Julio Verne, H.G.Wells y, sobre todo, de Edgar Allan Poe, que marcaría profundamente el camino literario del joven Bradbury.
Empezó a ver sus primeros relatos publicados en 1938, en distintos fanzines en los que colaboró. Pendulum, un relato de 1939 que rehizo junto a Henry Hasse en 1941, fue la primera historia por la que cobró como escritor. A partir del año siguiente, Bradbury comenzó a dedicarse a la literatura a tiempo completo, publicando distintas colecciones de relatos, la primera de ellas Dark Carnival (1947) y más tarde la más famosa de ellas, Crónicas Marcianas (1950).
Con un acentuado poso romántico y una gran carga social, aquel compendio de relatos reconvertido en novela narraba la conquista de Marte por parte de la raza humana y su consecuencia para los nativos del planeta rojo: la extinción. Gracias a Crónicas Marcianas, Bradbury alcanzó la fama mundial como escritor de ciencia-ficción, una etiqueta que él siempre rechazó, pues siempre se consideró un narrador más próximo a la fantasía que a la realidad.
La única obra que siempre consideró de ciencia-ficción fue Farenheit 451, la novela por la que siempre será recordado y en la que describía un futuro en la que los libros no tenían cabida, salvo en la memoria de los revolucionarios. Con más de 400 relatos publicados, decenas de colecciones y casi una veintena de novelas, Ray Bradbury ha visto como muchas de sus obras han sido adaptadas al cómic, el cine o la televisión.
De todos sus libros se han vendido más de ocho millones de copias en 36 lenguas. Además, su nombre aparece cerca del top de cualquier lista de los mejores autores de ciencia-ficción del siglo XX en la línea de escritores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Robert A. Heinlein.