Moebius, Hergé, Miller o las historias de las editoriales Marvel, DC y Bruguera han influido tanto en el director vasco, que estrena el 27 de septiembre ‘Las Brujas de Zugarramurdi’, como los mismos Hitchcock, Spielberg, Scorsese, Scott, Welles, Ford y Berlanga.
“Se ha muerto una parte de mi vida. Le quería con toda mi alma. Le admiraba. Me acompañó durante 35 años. Cuando muere un genio que cambió tu forma de entender el mundo, tu propia realidad se tambalea”. Álex de la Iglesia homenajeaba en marzo de 2012 a uno de sus referentes artísticos. No era un director de cine. Era un dibujante: el francés Jean Giraud, ‘Moebius’, creador de ‘Blueberry’ (cómic del Oeste) y ‘Arzach’ y ‘El Incal’ (ciencia ficción). ‘Moebius’ trabajó también en el cine con, entre otros, Ridley Scott (‘Alien’), Steven Lisberger (‘Tron’), Ron Howard (‘Willow’) y James Cameron (‘Abyss’). Sin los cómics, sin dibujantes como ‘Moebius’, la filmografía de Álex de la Iglesia sería muy distinta.
El director vasco, que estrenará el próximo 27 de septiembre su undécimo largometraje, ‘Las brujas de Zugarramurdi’, se enganchó a los tebeos por influencia familiar, gracias a sus hermanos Agustín y Javier. La cultura siempre ocupó un espacio muy importante en su hogar. Su padre, catedrático de Sociología en Deusto, trabajaba, además, como crítico de cine y teatro en ‘La Gaceta del Norte’. Su madre pintaba retratos. Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) no tardó en dibujar sus propias historias. De la Iglesia, que de niño soñaba con ser paleontólogo, se apasionó con el ‘Tintín’ de Hergé. Con apenas diez años, dibujó sus primeras tiras siendo alumno del colegio San Luis de Bilbao. Y a venderlas entre sus compañeros. Devoraba cine, ya con su inseparable amigo y futuro guionista Jorge Guerricaechevarría, pero el cómic ocupaba aún más tiempo.
Colaborador del fanzine de la asociación cultural El Desván, del barrio bilbaíno de Indautxu, y de la revista ‘No’, con un marcado acento dadaísta, publicó tiras en ‘La Gaceta del Norte’, ‘El Correo’, ‘Trokola’, ‘Tribuna Vasca’, ‘Gaur Express’ o ‘La Ría del Ocio’. De aquella época, con De la Iglesia estudiando Filosofía en Deusto, destacan la creación de tres cómics: ‘Burdinjaun’, un superhéroe vasco (al más puro estilo de la historias de Marvel o DC) que lucha contra el malvado Gran Dakari; ‘El asunto Castafiore’, en clara alusión a uno de los relatos más conocidos de Tintín; y ‘La cosa de la ría’, parodia de ‘La cosa del pantano’. El cine llamaría más tarde a la puerta y con una clara influencia de estos inicios en el mundo del noveno arte: el cómic.
Tras un paso por la televisión (tan presente y cuestionada en su filmografía) con la dirección artística en dos programas de la ETB: ‘Detrás del sirimiri’ (1988) y ‘Doctor Livingstone, supongo’ (1990), después trabajaría en ‘Inocente, inocente’ (1993), el cine empezó a comer terreno al cómic, con el diseño del cartel de ‘Tu novia está loca’ (1988), de Enrique Urbizu, y las direcciones artísticas de ‘Todo por la pasta’ (Urbizu) (1991) y los cortos ‘Mamá’ (Pablo Berger) (1988) y ‘Amor impasible’ (Iñaki Arteta) (1992). De la Iglesia, tras el permiso de Arteta, aprovechó el decorado para rodar su primer corto: ‘Mirindas asesinas’ (1992). Ya no había marcha atrás. En ‘Mirindas asesinas’, como en el resto de su filmografía, aflora su inconfundible estilo deudor del cómic: barroco, desmesurado, excéntrico, poderosamente visual y con un innegable humor negro y grotesco necesario para digerir un derroche de violencia.
“La idea esencial es que todo director debe construir un mundo que supere al espectador para que este no se crea el dueño de la historia. ¿Qué es el aburrimiento? Saber lo que va a ocurrir”, explica Álex de la Iglesia en ‘La pasión de rodar’ (Jesús Angulo y Antonio Santamarina), una imprescindible aproximación bibliográfica a su cine. Álex de la Iglesia no es previsible. Desborda, disfruta con el exceso, no busca la realidad, sino superarla y transgredirla desde los mismos cuidados créditos de principio de sus filmes. Salvaje su repaso a la historia de la España franquista en ‘Balada triste de trompeta’, apasionado su homenaje a Hitchcock en el arranque de ‘La Comunidad’. “Lo que más me apasiona de mis películas favoritas es que tienen un ritmo en el que no tienes tiempo para pensar, no te permiten la reflexión y en las que, como consecuencia, te sientes arrastrado por las imágenes”.
‘Balada triste de trompeta’
Dos ejemplos de los cómics que hacía Alex de la Iglesia en sus inicios
La influencia del cómic se aprecia en sus desfasados personajes, auténticos perdedores y antihéroes que se rebelan contra la sociedad, e igualmente por el gusto, casi devoción, por la fealdad y la crueldad. Desde el comando terrorista (sátira de ETA) de ‘Acción Mutante’ (1992) (con agradecimiento incluido a Frank Miller) hasta los payasos con la cara cortada de ‘Balada triste de trompeta’ (2010) pasando por el cura, el heavy y su peculiar familiar de ‘El Día de la Bestia’ (1995), los santeros de ‘Perdita Durango’ (1997), la pareja de cómicos de ‘Muertos de risa’ (1998), los siniestros vecinos de ‘La Comunidad’ (2000), los especialistas de cine de ‘800 balas’ (2002), el triunfo de las deformes dependientas de ‘Crimen ferpecto’ (2004) e incluso los hijos ‘kitsch’ de José Mota en ‘La chispa de la vida’ (2011).
‘Los crímenes de Oxford’ (2008), su único filme de género puro, un elegante thriller matemático y filosófico, se escapa un poco de esta estética de cómic, aunque incluye varios personajes excéntricos: el profesor Kalman, con su cuerpo devorado por el cáncer, la inquietante anciana Mrs. Eagleton (la primera víctima), el estudiante ruso Podorov (lleno de tics) y el perturbador Franck, el conductor del autobús del último crimen. Ni en su obra más comedida aparca sus obsesiones. De la Iglesia recurre siempre que puede a actores con rasgos físicos sobredimensionados sacados directamente del universo del cómic.
Las películas de Alex: la última, una de las más elaboradas y la primera rompedora
El exagerado tratamiento del humor y la violencia siguen también las pautas de los tebeos. De la Iglesia construye un caos deliberado y perfectamente orquestado. “El humor no tiene ni puta gracia y es siempre violento”. ¿Por qué usarlo? Para distorsionar la realidad. “Leer el periódico es peor que ver ‘Evil Dead’. No vivimos en una comedia, sino en una tragedia dantesca escrita por adolescentes. Como los personajes de ‘Evil Dead’, nuestro primer objetivo es sobrevivir”. El infierno está en la tierra. De la Iglesia no lo duda. Y se ensaña mostrándolo. Ahí aparecen el humor y la risa, que “son las armas que tenemos para vivir”. Y la fascinación por lo absurdo, “ese punto en que las cosas no son como deberían de ser. Y, ¿cuál es la salida? Defendernos con una carcajada. No es noble, pero es así”.
Admirador y deudor de directores clásicos como Alfred Hitchcock, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Ridley Scott, Orson Welles, John Ford e incluso Luis García Berlanga, De la Iglesia nunca ha olvidado su formación y su pasión por el cómic. “Odio a esas personas que necesitan ser serias para decir algo serio”. Se pueden contar muchas cosas con un cine basado en el cómic. Y, además, divertir. Todo un superhéroe tras las cámaras.
Las ‘sorginas’
La nueva película de Álex de la Iglesia, antes de su estreno (27 de septiembre) en las salas de cine españolas, también se ha visto en los festivales de Toronto y San Sebastián. Enrique Cerezo debuta como productor del director vasco. Las mujeres son las dueñas de ‘Las brujas de Zugarramurdi’, en concreto una horda de ‘sorginas’ (brujas en euskera) caníbales en cuyas manos caerán dos pobres desgraciados, un par de parados que huyen tras cometer un atraco en un establecimiento de compraventa de oro de la Puerta del Sol con un botín de 25.000 anillos de boda. Dos nuevos perdedores que se unen al nutrido elenco de antihéroes de la filmografía de Álex de la Iglesia en una película muy fiel a su filosofía de unir violencia y humor negro desmedidos. Una mezcla, con la habitual ironía del director bilbaíno, entre ‘La matanza de Texas’ y ‘Los Goonies’.
‘Las brujas de Zugarramurdi’ está ambientada en el presente y recoge una historia muy conocida en el norte de España. Hace algo más de cuatro siglos, en 1610, la Inquisición española arrasó Zugarramurdi, una pequeña localidad del norte de Navarra. 53 mujeres fueron acusadas de brujería. Once acabaron en la hoguera tras el conocido Auto de Fe de Logroño. De la Iglesia ya se acercó a este tipo de historias en ‘El Día de la Bestia’, que tenía “ese punto del aquelarre, de las brujas y su mundo, porque el sacerdote vasco está muy cerca del satanismo, de la demonología, de las sorginas”.
Terele, Carmen y Carolina, reinas del aquelarre
El aquelarre de brujas preparado por Álex de la Iglesia cuenta con tres actrices de culto en su filmografía: Terele Pávez (‘El Día de la Bestia’, ‘La Comunidad’, ‘800 balas’, ‘La habitación del niño’, ‘Plutón B.R.B. Nero’ y ‘Balada triste de trompeta’), Carmen Maura (‘La Comunidad’ y ‘800 balas’) y Carolina Bang (‘Plutón B.R.B. Nero’, ‘Balada triste de trompeta’ y ‘La chispa de la vida’), madre, hija y nieta (con media cabeza rapada) de una comunidad de brujas caníbales. Con ellas también viven, en la Cueva de Zugarramurdi, unos ‘feminizados’ Carlos Areces y Santiago Segura, otros dos habituales en el cine del director bilbaíno. Debutan en el universo de Álex de la Iglesia dos ‘guaperas’ oficiales del cine español: Hugo Silva y Mario Casas, dispuestos a ‘ensuciarse’ con un director que ama la fealdad; dos insospechados policías con los rostros de Pepón Nieto y Secun de la Rosa; y la histriónica Macarena Gómez.
José Mota será Superlópez
Por si existía alguna duda de que Álex de la Iglesia es un amante de los comics, su próximo proyecto la disipará: una adaptación del héroe por excelencia del tebeo español, ‘Superlópez’, creado en 1973 por ‘Jan’, alias del dibujante Juan López Fernández. Nacido en el planeta Chitón y adoptado por una pareja de ancianos de Lleida, Superlópez es una parodia hispana del Supermán de DC Comics. La revista ‘Fotogramas’ confirmaba en el pasado mes de julio que el humorista y actor José Mota, que ya trabajó con De la Iglesia en ‘La Chispa de la Vida’, encarnará al superhéroe del cómic español. El director vasco se desquita de esta manera de dos largas decepciones.
De la Iglesia, amante del cómic belga, no ha podido llevar al cine ‘La marca amarilla’, una de las historias más conocidas de Edgar Pierre Jacobs con la pareja Blake y Mortimer como protagonista. Y, en especial, está la decepción de ‘El regreso de Fu Manchú’. “Estuvimos trabajando durante un año y medio o más en la película. Escribimos ocho versiones del guion. Es de lo mejor que hemos escrito Jorge (Guerricaechevarría) y yo y el proyecto que más me ha dolido no hacer”, explica en el libro ‘La pasión de rodar’. “La pretensión era hacer una película a lo James Bond, con mucha acción y muchos escenarios conocidos”. Fu Manchú, que tenía comprometidos a actores como Charlize Theron y Antonio Banderas, no obtuvo la financiación deseada. De la Iglesia no renuncia aún, en cambio, a rodar una precuela de ‘Acción Mutante’, desestima una segunda parte de ‘El Día de la Bestia’ y sueña con trasladar al cine ‘El cabaret Voltaire’, fundado en Zurich en 1916 y germen del dadaísmo, “el máximo proyecto de mi vida, pero me parece tan ambicioso que no me atrevo a hacerlo’.