Aparece en Italia la primera película de Orson Welles, que se pensaba destruida en un incendio en 1970 en la casa de Madrid del director.

La primera filosofal de la obra de Orson Welles y del cine moderno ha aparecido en Pordenone, una pequeña localidad de 50.000 habitantes de la región italiana del Friuli. El Séptimo Arte ha recuperado parte de la opera prima de Welles: ‘Too Much Johnson’, una alocada comedia muda protagonizada por Joseph Cotten, con quien colaboraría también más tarde en ‘Ciudadano Kane’ y ‘El tercer hombre’.

Los rollos que contenían ‘Too Much Johnson’ se encontraban ‘olvidados’ en un almacén del centro cultural Cinemazero, en Pordenone. Curiosamente, esta ciudad italiana es conocida gracias a la organización anual de ‘Le giornate del cinema muto’, un festival de cine mudo que en octubre cumplirá por todo lo alto su trigesimasegunda edición. ‘Too Much Johnson’ inaugurará el certamen el próximo 5 de octubre.

El filme se daba por perdido. El mismo Welles lo daba por desaparecido tras un incendio desencadenado en 1970 en una casa que tenía cerca de Madrid. El director norteamericano amaba Italia. Estuvo casado sus últimos treinta años de vida con la actriz italiana Paola Mori y vivió durante mucho tiempo en el país transalpino, lo que explica la presencia de ‘Too Much Johnson’ en este país.

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“Era un novato total en el descubrimiento de un nuevo medio y sin saber cómo iba a funcionar. Lo mejor que le pasó con ‘Too Much Johnson’ fue que descubrió la edición y comenzó a ver las posibilidades. Sospecho que en ese momento perdió por completo el interés en la producción y que le hubiera encantado haber continuado su autoeducación celuloide”, expone Simon Callow, biógrafo de Welles (‘The road to Xanadu’) en The New York Times.

‘Too Much Johnson’ se rodó en 1938, tres años antes de ‘Ciudadano Kane’ y poco antes de que Orson Welles asombrara y aterrorizara a los ciudadanos de Nueva York y Nueva Jersey con la dramatización radiofónica de ‘La Guerra de los Mundos’, de H.G. Wells. Rodó su opera prima con los actores de la compañía teatral Mercury, a la que pertenecía. Además de Cotten, destaca la presencia de la entonces esposa del director: Virginia Nicholson.

La película es una simpática comedia que adapta una homónima obra de teatro del actor y dramaturgo William Gillette. Cotten interpreta a un mujeriego (Augusto Billings) que se inventa una segunda identidad (Joseph Johnson) para ocultar una relación extramatrimonial. Billings conocerá al verdadero Joseph Johnson, dueño de una plantación en Cuba, cuando huye del marido de su amante.

Escenas de ‘Too much Johnson’

Cotten y Welles

Joseph Cotten (izquierda, en el centro), actor fetiche y amigo de Welles (a la derecha)

Por motivos desconocidos, Welles no llegó a estrenar ‘Too Much Johnson’ y el filme se convirtió en una leyenda tras asegurar el director que se había perdido en el incendio de su hogar madrileño. El material recuperado alcanza los cuarenta minutos. “Todos menos uno de los rolos estaban en relativo buen estado. Pero uno de ellos fue gravemente descompuesto y al principio pensamos que era demasiado tarde para salvar sus imágenes”, explica Paolo Cherchi Usai, responsable de la restauración de la película.

La primera pista de ‘Too Much Johnson’ se remonta al año 2004. Entonces, un amigo de Piero Colussi, uno de los fundadores del centro cultural Cinemazero de Pordenone, envió varias cajas con objetos viejos. En una de ellas, había rollos de películas que desprendían un fuerte olor a vinagre, algo típico en los filmes rodados con nitrato ya que sufren el síndrome acético con el paso de los años.

“Como a vosotros os gustan esas películas viejas, a ver si te interesa esta cinta que me llegó ni me acuerdo cuándo desde Roma”, recuerda Colussi en ‘El País’. Welles vivió hasta los años setenta en Italia. Tenía sus propios estudios de montaje en Roma, de donde procedían los misteriosos rollos de películas que finalmente se correspondían con la opera prima del director norteamericano.

Otra escena de ‘Too much Johnson’

No obstante, aún pasaron muchos años hasta su descubrimiento. El olor a vinagre se acentuó y Colussi sacó los rollos del almacén de Cinemazero. “Algunos llevaban escrito ‘Welles’, así que pensé en no tirarlos y llevarlos al taller de restauración de la Universidad de Gorizia  para que estudiaran los fotogramas y pudieran averiguar a qué película pertenecían”. Tiempo después, Colussi preguntó por las imágenes. “Me dijeron que eran 40 minutos y que salía Joseph Cotten muy joven, pero no pudimos identificar a qué película pertenecían las imágenes”. El enigma se resolvió con la intervención de Ciro Giorgini, experto en el cine de Welles y autor del documental ‘Rosabella, la historia italiana de Orson Welles’.

“Me llamó un amigo del norte y me contó que habían encontrado unos 40 minutos de Welles pero no lograban saber de qué película era. Me dijeron que salía Cotten y se me ocurrió preguntar si Cotten llevaba un gorrito de paja, de aquellos que se vestían a principios de los años 20. ‘Sí, efectivamente, lo lleva en la mano’, me contestaron. Me emocioné. Me dio un escalofrío”, relata Giorgini. “Entendí que lo que acababan de encontrar en Pordenone era una de las diez películas perdidas más buscadas por los historiadores del mundo. ¡Tenían entre manos la piedra filosofal de la cinematografía mundial! Ahora había que volver a escribir los manuales en los que estudian en las universidades de cine. Les dije: ‘Lo que tenéis ante los ojos lo vieron solo Welles y unos pocos amigos suyos. Todos pensábamos que había sido destruido”. ‘Too Much Johnson’ había regresado.

Los rollos se trasladaron a un laboratorio holandés especializado en nitrato y se recuperó el 96% del material. La histórica restauración se completó en el museo de fotografía George Eastman House de Rochester (Nueva York). Las primeras imágenes de la obra de Orson Welles volvían a la vida en un trabajo inacabado pero de enorme valor artístico y con algunas de sus señas de identidad como sus brutales planos picados que se harían célebres en 1941 con ‘Ciudadano Kane’.

“En algunos momentos el montaje es muy sofisticado y en otros no está en absoluto trabajado. Narrativamente no funciona, pero visualmente es puro Welles”, matiza Paolo Cherchi Usai. “Está perfectamente conservado, pero montado solo en una parte. Otra parte está en bruto, con secuencias que se repiten varias veces”, añade Colussi sobre el descubrimiento cinematográfico del siglo, la opera prima de Orson Welles.

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