‘Die Hard’ (‘La jungla de cristal’) se estrenó en julio de 1988. Desde entonces, la saga ha repartido tiros y sarcasmo entre Los Ángeles, el aeropuerto internacional de Washington, Nueva York y Rusia.

Yippee-ki-yay, motherfucker! Copyright: John McClane. El detective McClane, que liquida a sus enemigos con esta frase digna del mejor vaquero del ‘Far West’, cumple en este mes de julio 25 años en el séptimo arte, periodo en el que ha rodado cinco películas. La saga ‘Die Hard’, traducida en España como ‘La jungla de cristal’, representa uno de los grandes éxitos del cine de acción porque…, reconozcámoslo, nos encanta John McClane.

La revista ‘Empire’ considera al expeditivo y sarcástico policía neoyorquino (natural de Brooklyn) como el duodécimo mejor personaje cinematográfico de todos los tiempos. ¿Exagerado? Su currículo artístico es el de una estrella de primer nivel: más de 1.400 millones de dólares en taquilla con un presupuesto inicial de 390 millones. Todo un filón comercial para la 20th Century Fox con un gran responsable: el binomio John McClane-Bruce Willis.

No se considera un héroe. Tiene la rara habilidad de aparecer en el lugar inoportuno en el momento más inadecuado. No obstante, quienes más lo lamentarán serán los villanos. McClane, pese a su pavor a volar, es indestructible. Con apenas una Beretta 92F y todo lo que encuentre a su alcance, con una inconfundible camiseta blanca de tirantes salpicada de sangre, sudor y polvo, con los pies descalzos, con resaca, con y sin mujer, con y sin hijos y, sobre todo, con una innata capacidad para la ironía, parará los planes de sofisticadas organizaciones criminales.

Sin título-1

Las tres primeras películas de la saga

Nadie puede con John McClane, que se presentó en el cine el 15 de julio de 1988 con ‘Die Hard’ (‘La jungla de cristal’) con la dirección de John McTiernan (‘Depredador’). La saga, pese a su adrenalítico ritmo y sus maquiavélicos malvados (memorables Alan Rickman y Jeremy Irons), surge en las páginas más pausadas de la literatura de la mano de Roderick Thorp. En 1966, Thorp publicó ‘The detective’, con Joe Leland como protagonista, aprovechando su experiencia como empleado en una agencia de investigación.

‘The detective’ alcanzó el éxito suficiente como para conseguir dos años después una adaptación cinematográfica. Todo un mito de Hollywood y de la cultura norteamericana encarnó a Leland: Frank Sinatra. Aquel Joe Leland es el precedente del futuro John McClane. Antes de llegar al cine, ‘The detective’ tuvo una decisiva secuela literaria: ‘Nothing lasts forever’ (1979) con un argumento muy similar al estreno de la saga cinematográfica. Joe Leland se enfrenta a un grupo terrorista que ha tomado un edificio. Cambien a Leland por McClane e introduzcan el espectacular rascacielos Nakatomi Plaza, en Los Ángeles, como escenario y ya estamos a un paso de ‘La jungla de cristal’.

Die-Hard-hans-gruber-8625437-1016-570

Alan Rickman como Hans Gruber

Aún tuvo que pasar casi una década para que naciera ‘Die Hard’ y para que Bruce Willis pasara con solo una película de ser un insospechado galán en la televisiva ‘Luz de luna’, con Cybill Shepherd como pareja, a competir por el reinado de los duros del cine con una baza única y genial: un brutal dominio de la socarronería a la altura de su puntería con las armas.

Sinatra, por edad, no pudo repetir papel. Arnold Schwarzenegger, que venía de triunfar con ‘Commando’, rechazó filmar una segunda parte con el argumento de la novela de Thorp. Otros duros de Hollywood como Sylvester Stallone, Burt Reynolds, Richard Gere, Harrison Ford y Mel Gibson optaron al papel de John McClane. McTiernan sorprendió y eligió a Bruce Willis y remodeló a Joe Leland para convertirlo en John McClane. No se equivocó.

John McClane es actualmente uno de los grandes iconos del cine de acción. Ingenioso, impasible e indestructible, salvo en sus relaciones familiares (¿por qué le dejaste, Holly?), McClane seguirá dando guerra mientras el cuerpo de Willis (58 años) aguante. Una sexta parte de ‘La jungla de cristal’ es una posibilidad real. McClane sigue vivo. Es duro de matar. Y nos encanta.