En algo más de diez años la enciclopedia “del pueblo”, Wikipedia, lo abarca todo de la manera más libre imaginable y está en plena campaña de colecta de donativos.

Por Luis Cadenas Borges

Hace unos años un gestor cul­tural británico se lamentaba como un niño pequeño, con­trariado incluso, de que los jóvenes prefirieran buscar in­formación en Wikipedia antes que en otras webs de referen­cia. En el mundo anglosajón la Enciclopedia Británica es, por decirlo así, la totalidad del universo encerrada entre dos tapas. Aquí sería la Larousse o la Espasa, pero para el caso es lo mismo: a pesar de que es­tán todas volcadas en la red, hay que registrarse, y a veces pagar. El gran pecado de las mentes que no se dan cuenta de que este siglo es diferente. Wikipedia tiene las tres virtu­des absolutas de toda fuente de información: es libre, es gratis y es múltiple. Libre porque es autoeditada: son los internautas los que ge­neran el conocimiento sobre cualquier tema, con filtros, redes y discusiones que evitan que se cuele información tergiversada. Aún así a veces pasa, pero Wikipedia tiene sus propios “glóbulos blancos” que devoran los errores. La página web cuenta con una serie de filtros para garantizar la veracidad de las fuentes, así como una red de vigilantes que buscan corroborar lo que los colaboradores y usuarios escriben en la enciclopedia de libre acceso y libre elección.

Por supuesto es gra­tuita, porque de lo contrario no sería útil para los millones de usuarios que necesitan información rápida y concre­ta, ya, sin párrafos largos y te­diosos llenos de teoría que no resuelven sus dudas. Y terce­ro: es múltiple porque es una información que se rebota y comunica con miles de enla­ces cruzados, como la gran bi­blioteca sin fin imaginada por Jorge Luis Borges. Una espiral en la que el vacío es rellenado de una u otra forma. Y que es actualizada sobre la marcha por los gestores: a los pocos minutos de saberse que Ana María Matute era la nuevo Premio Cervantes, ya estaba en su texto de Wikipedia.

El creador de este pu­ñetazo a la oficialidad del co­nocimiento es James Wales, que presume de que hay más de 400 millones de usuarios en todo el mundo. Será regis­trados, porque potencialmen­te es una de las páginas web más vistas del mundo junto con Google. El cálculo es fácil: Wikipedia aparece siempre entre los cinco primeros resultados de la búsqueda en Google. Metafóricamen­te, si no lo sabes, es como preguntárselo a Dios. Para Wales otra clave fundamen­tal es que Wikipedia facilita el acceso a la educación con conocimiento en bruto para miles de personas, sobre todo las que no pueden acceder a ella. Para él hace diez años era convertir a Wikipedia en una de las 50 páginas más visita­das de la Red, objetivo que se superó con creces: ya es una de las cinco grandes. Wales dijo que sus planes son ins­talar oficinas en la India y en otros países donde aún no se establece la compañía con el fin de ampliar la oferta educa­tiva en sitios donde se facilita más tener una conexión de internet para ilustrar a los jóvenes, entre estos en países del tercer mundo donde es menos costoso acceder a la red que comprar libros.