El álbum número 12 de su carrera, otro enchufe en el que meter los dedos (ahora contra la actual sociedad en la que viven), una muesca más para la banda que mejor supo explotar el punk en todas sus derivaciones, desde los años 90 hasta hoy.

Érase una vez una banda cabreada. Érase una vez el post-punk, el punk-rock y el pop-punk, o mejor dicho, California destilada en forma de trío llamado Green Day. Han vuelto. Llevan desde finales de los años 80 bramando entre los auditorios de Berkeley (California) y del resto del mundo su solución particular para la música, la que hizo cruzar la rabia de finales de los 70 (el punk) con el eclecticismo integrador de los 90. Y el próximo 7 de octubre, casi una generación después, regresarán con al publicación de ‘Revolution Radio’, su álbum número 12, y del que ya se publicó su primer single, ‘Bang bang’, sobre los tiroteos y la violencia indiscriminada en la sociedad norteamericana. La misma que han diseccionado, apaleado y explotado a fondo para crear su carrera comercial y musical. Y ambas con mucho éxito.

‘Revolution Radio’, producido por Green Day y grabado en Oakland, es un bombardeo de doce canciones donde apenas se mueven de su estilo y con especial atención a las letras, para no desconectarse del mundo y poder seguir siendo una de las bandas veteranas de referencia. Billie Joe Armstrong, el vocalista que parece tener todavía 20 años aunque los duplique, definía así el nuevo álbum y cómo encaja con la trayectoria de la banda: “El mundo ha perdido su mente colectiva… y Mike, Tré y yo somos almas perdidas también”, comenta Billie Joe Armstrong. ‘Revolution Radio’ es un movimiento para que las almas perdidas se unan… bailen juntas… canten juntas… y sobre todo, se encuentren las unas a las otras. Eso es lo que ha sido el espíritu de Green Day desde el primer día”.

El nuevo álbum es el regreso después de casi cinco años de ausencia desde aquella trilogía llamada ‘¡Uno¡’, ‘¡Dos!’, ‘¡Tré!’ compuesta por tres discos diferentes. No importa: tienen un gran público cautivo, y si no basta con fijarse en cómo el single ‘Banb bang’ se convirtió en un gran éxito sólo unos minutos después de ser publicado y subido a las redes sociales donde está presente. El tema se podía descargar por iTunes y ese día fue el mayor atractivo de un mercado al que acuden cientos de millones de usuarios. Lo que ofrece el primer rasgo es punk desenfadado y enérgico, clásico de Green Day, más una punzada por cómo la violencia y las armas son las protagonistas demasiadas veces de la vida diaria en el país del que provienen, EEUU.

Este primer single dirige su ira contra la sociedad norteamericana, a la que acusa de convertir en celebridades a los asesinos, que se alimentan de su narcisismo en las redes sociales, el principal destino de todas las neuras, filias y fobias de los usuarios, una situación que también es criticada en la canción. Basta una parte de la letra para entenderlo: “Bang, bang, hazme famoso/acribíllame a balazos por diversión… […] Soy un muchacho solitario semiautomático, estás muerto y yo estoy bien alimentado”. Y no es la primera vez que lo hacen. El grupo tiene la tradición de abordar temas políticos con música y acidez: en su ópera rock ‘American Idiot’, publicada en 2004, esbozaron una siniestra pero verídica imagen de EEUU durante la administración de George W. Bush, en plena invasión de Irak.

Green Day

Green Day es una de las bandas supervivientes de aquella época ácida, neopunk y gamberra que osciló entre los 90 y el roce del siglo XXI, cuando hacer el burro y la actitud eran tan importantes como la música. Una banda legendaria que arrancó a finales de los 80 a partir de su trío fundacional, Billie Joe Armstrong (guitarra y voz), Mike Dirnt (bajo) y Tré Cool (batería). Surgió en 1989 cuando pasaron del adolescente Sweet Children a su nombre actual con la entrada de Tré Cool, y lo hicieron en uno de los semilleros de música alternativa más importantes, Oakland, en la Bahía de San Francisco, y más concretamente del club 924 por donde pululaba el punk rock. Era una más de las muchas bandas cabreadas que rascaban cuerdas con la virulencia de una generación que salía de los 80 y recuperaba la esencia del hastío juvenil pero no como Nirvana, depresivamente, sino con ganas de romper guitarras como The Clash.

No sería hasta 1994 cuando de la mano de Reprise Records alcanzaron la fama con ‘Dookie’, que recuperaba el violento punk de los 70 (el auténtico), lo civilizaba un poco y lo vendía a los hijos de aquellos rebeldes: concretamente logró colocar más de 15 millones de discos y logró las bendiciones de la industria discográfica, que les dejó ser todo lo malotes que quisieron ser, drogas y juergas incluidas. De ahí, del punk y el oleaje que lo caracterizó, bebe parte de su música: los mencionados The Clash, pero también The Ramones o Bad Religion. El punk rock tenía caballeros que lo defendieran, hasta que lentamente se les acabó la mecha a principios de este siglo cuando llegó el punto álgido de 2004, ‘American idiot’. Después, poco más. Languidecieron en los laureles.

Esa última obra fue toda una ópera punk, su particular remedo de ‘Tommy’ de The Who, y del que saldría luego un musical que mantenía el tono crítico hacia EEUU. Entonces llegaría ‘21st Century Breakdown’ en 2009, lo último que se sabía de ellos y que aunque recibió varios premios Grammy no era, ni de lejos, lo mejor que habían hecho. Green Day ha sido contemporánea de Rancid o The Offspring, que revolucionaron la música rock al inyectarle el sonido punk. De ellos los únicos que siguen al pie del cañón son ellos, con más de 85 millones de discos vendidos en todo el mundo, la mayor parte fuera de EEUU pero con una proyección cultural y popular en su país que supera con mucho a otras bandas.

Green Day 3

La furia política de los californianos: ‘American Idiot’

Una de las constantes de Green Day es su decidido apoyo a las causas sociales, más concretamente a las causas políticas de calado social. No hay que olvidar que ‘American Idiot’ es una radiografía demoledora de una América bajo George Bush, incapaz de entender la diversidad del país. Armstrong siempre fue muy claro sobre la necesidad de lanzar mensajes: para él, y para el resto de la banda, las letras tenían que ser el vehículo perfecto para poder lanzarse al cuello de una forma de hacer política basada en el enriquecimiento salvaje, la mediocridad y un conservadurismo que, visto en perspectiva, parecía el canto del cisne de una forma de hacer política. Armstrong aseguró que sólo un estúpido no haría lucha social o política con el arte. Quizás por eso ‘American Idiot’, quizás su mayor obra, sea una la “voz de los desilusionados” con un sueño americano que la mayoría no va a tener. Este álbum, que en realidad es una ópera rock disfrazada, era un alegato contra esa América avariciosa que había organizado una guerra contra Irak sólo por el petróleo. Para más detalle la canción ‘Holiday’ es un buen ejemplo, que fue tachada de antipatriótica pero que en realidad es un relato de cómo una élite puso a todo un país en un camino del que se beneficiaron unos pocos.

Álbumes de estudio de Green Day

39/Smooth (1990)

Kerplunk! (1992)

Dookie (1994)

Insomniac (1995)

Nimrod (1997)

Warning (2000)

American Idiot (2004)

21st Century Breakdown (2009)

¡Uno! (2012)

¡Dos! (2012)

¡Tré! (2012)

Revolution Radio (2016)

Uno Dos Tré

Dookie